Continuando con la serie de eventos degustativos y formativos que en las últimas fechas ha desarrollado el movimiento de sommeliers de Cuba, tuvo lugar la segunda semana de julio una presentación exclusiva de vinos italianos, definitiva muestra de la riqueza y diversidad que el país europeo puede ofrecer cuando de temas enológicos se trata.
El evento, organizado por la Agencia Italiana para el Comercio Exterior (ICE), tuvo como objetivo acercar a los profesionales de la hostelería y el turismo cubanos a una gama de propuestas que, al decir de los asistentes, significan una excelente alternativa para las cartas menú de la Mayor de las Antillas. Más de una decena de vinos de cinco bodegas del país mediterráneo permitieron un recorrido de Norte a Sur y de Este a Oeste de la península, y algunas de sus regiones más destacadas. De tal manera opinó Rafael Cruz A&B del hotel Packard: "La presentación fue muy interesante, degustamos estilos diferentes, uvas diferentes que demuestran que en Cuba podemos utilizar los vinos italianos desde otros puntos de vista. Durante el ejercicio fuimos ganando en complejidad, explorando opciones que pueden funcionar perfectamente con la comida cubana. El punto clave es que, como hoteleros, tenemos así la posibilidad de elegir estilos para los diversos tipos de clientes que podemos tener y, a la vez, que nuestro cliente pueda satisfacer cada uno de sus gustos. Además, vale destacar el tiempo de guarda que pueden alcanzar algunas de estas propuestas dada su calidad, y que hoy podemos adquirir a un precio que mañana podría verse multiplicado en un mercado internacional".
Así pues, la iniciativa envolvió la oportunidad de degustar terroirs inusuales en el mercado cubano y llevar a cabo un recorrido enológico por toda Italia y algunas de las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Típicas más renombradas de la nación. A propósito del objetivo de este encuentro explicó Ruggero Dalla Valle, representante de las bodegas exhibidas y consultor para mercados de exportación: "Acercamos seis empresas cooperativas bastante conocidas, con una producción total de 27 millones de botellas cada año. Esta asociación, integra bodegas de las regiones históricamente más importantes del vino italiano, por tanto contamos una gran representación y quisimos que los sommeliers cubanos conocieran más de cerca la calidad de estos productos. De hecho, esta cata se suma a las que realizamos con anterioridad en el país: incluso ganamos un premio en la Feria Internacional del Vino del Hotel Nacional. Cada evento de este tipo es una oportunidad de acercar propuestas muy conocidas en el mundo que aquí en Cuba no han entrado, que son de altísima calidad y con buen precio. Ya la empresa importadora en la isla nos codificó y empezamos los primeros suministros; ahora estamos ampliando con otros vinos que los sommeliers de Cuba nos están pidiendo".
Sobre cuánto puede aportar un portafolio como este a la restauración cubana apunta el profesor y Presidente del Club de Sommeliers de Cuba, René García: "Los vinos que se cataron pertenecen a cuatro regiones distintas de Italia, que no son nuevas en el mercado cubano, pero sí los productos presentados, los cuales evidencian las nuevas estrategias enológicas que se está desarrollando además de vinos que siguen siendo clásicos. Por ejemplo, en el caso de Sicilia, una región emergente, hemos encontrado variedades que eran desconocidas en Cuba y en combinaciones algo arriesgadas pero que demuestran una excelente factura y posibilidad sobre todo cuando pensamos en comida cubana o la que típicamente se oferta acá. También disfrutamos de expresiones bien particulares de cepas gracias a su localización fuera de la habitual, e incluso algunas de gran historial que en Cuba no se comercializan.
"La exposición recorrió niveles distintos, variedades y regiones distintas pero, sobre todo, la importancia de todas estas actividades es que nos obligan a los sommeliers cubanos a cambiar las manidas cartas de vinos que tenemos. Eventos como este nos están dando todo un espectro de posibilidades para saber qué cosa se está haciendo en el mundo del vino moderno, aunque coexista el clasicismo, e incorporarlo dentro de nuestras ofertas. Además, sirve también para constatar que hacemos un tipo de gastronomía donde esos vinos son necesarios y compatibles", subrayó.
El encuentro especializado se suma, pues, a una serie de actividades que ha desplegado la ICE durante el presente año. A propósito explica Mauro de Tommasi, director de la oficina en La Habana: "como agencia de promoción del comercio exterior y el intercambio comercial de Italia incentivamos y apoyamos empresas italianas de todos los sectores, entre los cuales está también el enológico ya que hay aquí un gran potencial para el vino italiano y nuestra institución cuenta con gran experiencia al respecto en todo el mundo; de hecho el vino italiano es el de mayor exportación global.
"En Cuba desarrollamos esta inserción a través de diferentes instrumentos, cuyo objetivo principal es impulsar la cultura enológica de Italia y la fuerza y multiplicidad que podemos ofrecer. Mostramos a nuestros socios cubanos y a las empresas importadoras, restaurantes y cadenas hoteleras no solamente la calidad del vino italiano sino también la capacidad de nuestros productores de ofrecer opciones disímiles, capaces de llenar las cartas de los profesionales de la restauración de productos de diferente precio, gama y características organolépticas, los cuales pueden hacer un maridaje también con la típica cocina cubana o la internacional que se ofrece en la isla. El objetivo es acercar esta amplitud. La península cuenta con más de 400 uvas diferentes, muchas veces solo expresadas en nuestra tierra. Es importante mostrar esta riqueza, plenitud de ofertas y, como Agencia, tenemos una gran historia en este sentido", enfatizó.
