Tempura, la técnica que cruje tan bien como sabe

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Gabriela Sánchez
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tempura

Aunque se le atribuye a la gastronomía japonesa, donde es una de las técnicas más típicas, pocos saben que fue Portugal la verdadera cuna de la tempura. Su origen data del siglo XVI de la mano de los misioneros jesuitas, quienes se encargaron de expandir este arte a Japón y al resto del mundo. 

Ciertamente, sobran motivos para dejarse seducir por semejante textura ligera y crujiente que deviene punto de culminación posible para casi cualquier ingrediente. Eso sí, es imprescindible cortarlo en trozos si se trata de comida de tamaños más grandes que un bocado.  Luego, es tan simple como rebozarlo en harina y meterlo en aceite de sabor neutro (dígase el de girasol o canola) En muy pocos minutos se consigue una fritura perfecta. 

Portugal, punto de partida 

El nombre “tempura” responde al vocablo latín tempora, que hacía referencia a los días de Cuaresma en que los misioneros portugueses consumían pescados y mariscos rebozados. Así, llegó al país del sol naciente, donde se hizo popular, sobre todo en la región de Nagasaki, con adaptaciones a la cocina local.

El sello japonés fue darle a la masa mayor ligereza,  aunque un acabado robusto, a partir de la mezcla de harina, agua fría y, a menudo, huevo. Su secreto es mantener la mezcla lo más fría posible y freír los alimentos en aceite caliente (entre 170°C y 180°C), lo que da como resultado una textura crujiente y aireada que realza el sabor natural de los ingredientes.

Platos típicos de tempura

La versatilidad de la tempura la hace una técnica ideal tanto para mariscos como verduras. Aunque hay algunos platos que son clásicos. Algunos de ellos son el ebi tempura, que utiliza camarones o langostinos,  el calamar (ika tempura) y la anguila (unagi tempura) y en materia de verduras, las más comunes son el boniato, la zanahoria, las berenjenas y la calabaza, ya sean como principal o  acompañamiento.

Si se usa como complemento lo típico es verlo junto a los fideos udon o el arroz donburi, y en recetas vanguardistas se le ha incluido a platos de pollo, algas e incluso helados.  En este caso al helado se le añade una capa a base de harina de arroz para conseguir el rebozado.

Ni siquiera los postres han podido escapar del encanto de la tempura, una técnica que cada vez cruza más fronteras y se cuela en los menús de todo el mundo.

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Gabriela Sánchez