La Trenza de Almudévar, el postre aragonés que conquistó España

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Gabriela Sánchez
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A la vista luce cual postre medieval, sin embargo, la trenza de Almudévar es tan contemporánea como la historia de Huesca en los años 80. Fue específicamente en Almudévar, localidad que le da nombre, donde vio la luz tras mucha prueba y error inspirada en recetas centroeuropeas como el babka, poniendo énfasis en la masa madre.

La receta conquista no solo por la gracia de lo artesanal, sino también por el sabor a mantequilla y a frutos secos en su relleno, así como su textura hojaldrada. La masa lleva yema pastelera, almendras, nueces y pasas maceradas en ron, y en la cubierta un glaseado de toque crujiente.

En apenas una década, la creación de los pasteleros de Tolosana se ganó la popularidad de Zaragoza y la comunidad aragonesa, hasta hoy tener presencia en pastelerías de toda España. De hecho, el éxito fue tal que en 1992 la trenza obtuvo la marca de calidad C’Alial, otorgada por el Gobierno de Aragón

La receta: sencilla pero exigente

Aunque con mucha paciencia y dedicación hacer una trenza de Almudévar no es una misión imposible. Aquí te contamos cómo:

  1. Masa madre: la base de su textura suave y aireada.
  2. Hojaldrado: incorporar mantequilla con precisión para lograr las capas finas y crujientes.
  3. Relleno: una mezcla generosa de frutos secos y yema pastelera.
  4. Glaseado: una fina capa de azúcar y agua que se aplica justo al salir del horno.

Pero más allá del clásico, han derivado incluso versiones saladas como la trenza de salmón, y en dulces innovaciones como los rellenos con compota de cerezas. 

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Gabriela Sánchez