Turismo Gastronómico Sostenible

Creado: Dom, 21/06/2015 - 22:24
Autor:
Credito
Antonio Montecinos
Turismo Gastronómico Sostenible
La gastronomía generalmente ha sido considerada un complemento indisoluble del turismo. Todo viajero tiene que satisfacer una necesidad biológica a lo largo del día: comer. Sin embargo, en la actualidad esta necesidad se puede contemplar de diferentes formas: como parte fundamental del sistema alimentario, como un estilo de vida saludable y, en un aspecto más amplio y novedoso, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. De ahí que se haga necesario comprender y reconocer la dimensión de la gastronomía como una motivación principal para realizar un viaje turístico.  
La importancia del creciente mercado denominado Turismo Gastronómico ha sido ya comprobada estadísticamente. Por ejemplo, España tuvo en el año 2014 más de 7,4 millones de turistas extranjeros atraídos, en primer término, por su gastronomía (el 12 % del turismo total, que fue de 60 millones). El turismo gastronómico a nivel nacional movilizó a 23 millones de personas, casi el 50 % de la población total. 
En 2014, el 13 % de las acciones que desarrolló Turespaña en el exterior, más de 800, fueron centradas en la gastronomía pues la consideran el gran atributo diferenciador de su oferta turística (Fuente: Turespaña, noviembre 2014). Otros países que lo consideran prioritario en su oferta turística son: Perú, Italia, Francia, México, Cuba, Brasil, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, entre otros.
Pero si bien es cierto que el turismo ha traído grandes beneficios y crecimiento económico en los países líderes en este sector, también lo es que dichos beneficios, en el mayor de los casos, no han sido permeados a los diferentes estratos sociales. 
El turismo entra en una etapa de crecimiento después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se comienza a hablar del “turismo de masas”. La rapidez de esta oleada de turistas y la falta de planificación en temas como la disposición territorial y geográfica, el ordenamiento de los recursos turísticos, y la carencia de políticas públicas medioambientales de preservación del Patrimonio Mundial, entre otras, tuvo como consecuencia un crecimiento improvisado y desordenado con una gran cantidad de impactos negativos, que han afectado principalmente a los habitantes de las localidades y regiones turísticas. 
Por citar algunas de estas repercusiones se pueden mencionar la erosión del territorio, disminución de recursos naturales, deterioro del Patrimonio Cultural, altos costes en los servicios de la comunidad, contaminación visual, escasez de productos alimentarios, abandono del campo en la agricultura, incremento de importaciones, transculturación, inmigración, entre otros muchos detractores del desarrollo.
En los estudios para los proyectos turísticos pocas veces se expone dicha viabilidad entre la sociedad residente. Como consecuencia, los habitantes de estos lugares no son conscientes de los posibles efectos negativos del turismo, o de los enormes beneficios que se pueden obtener al concebirlo con productos planificados y de común acuerdo con la mayoría de los integrantes de las comunidades que conforman una región. 
Por esta razón se han buscado soluciones con nuevos planteamientos acordes a las necesidades actuales y futuras, ya no solo del turismo, sino principalmente enfocados a la comunidad local. El tan trillado y poco efectivo término de “sostenibilidad” demanda acciones concretas con planes, programas y proyectos que partan del ámbito social de la localidad, como símbolo de respeto, ética y paz con sus habitantes. Pero, a su vez, estos planes deben estar respaldados por las políticas públicas nacionales, estatales/comunales, municipales y locales para generar sinergias, evitar la desintegración, los altos costes y los bajos resultados que esto supone.  
En tal sentido,  proponemos un modelo de planificación gastronómica y turística regional para preservar el Patrimonio Gastronómico y disminuir los impactos negativos del turismo. Se trata de una alternativa necesaria frente al problema de la improvisación en el desarrollo del turismo gastronómico regional que, contrario a los modelos tradicionales de planificación turística, no tiene como prioridad a la demanda de mercados externos, sino el poder ofrecer beneficios a los grupos sociales más vulnerables de las comunidades.
El modelo, para ser viable, tiene como principal condicionante la sostenibilidad del sistema alimentario con excedentes de producción en la región y la voluntad de la mayoría de sus habitantes de comercializar productos y servicios, gastronómicos y turísticos, para así poder ofrecer una excelente alternativa complementaria de desarrollo, aunque no la principal. 
El patrimonio gastronómico de los pueblos siempre ha existido, a pesar de que su reconocimiento por el mundo científico y académico ha sido muy reciente. Esto debe propiciar que la gastronomía sea conceptualizada de manera urgente, como motivo prioritario de estudio multidisciplinar e intersectorial, por su relación directa con la agricultura, el comercio, las exportaciones, la restauración, el alojamiento, la salud, y otros. 
Asimismo, hay que preservar urgentemente el sistema alimentario con un sistema de seguridad alimentaria regional sostenible ante los embates de la globalización y los grandes conglomerados que dañan el comercio justo en la escala regional, por su venta de productos modificados genéticamente (transgénicos), a bajos costes y, en varios casos, precursores de problemas de salud.
El gran reto es que -al crear servicios, productos y destinos de manera planificada- el turismo gastronómico sea considerado a la brevedad como un producto turístico prioritario, respaldado por políticas públicas internacionales y nacionales vigorosas, que le conviertan en una excelente herramienta para coadyuvar de manera respetuosa, ética y pacífica al desarrollo social regional sostenible de todo Iberoamérica y el mundo.

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