Europa llega al tramo final del año con esa sensación incómoda de quien no termina de recuperar el pulso. Muchas empresas exportadoras ya venían navegando un clima internacional más áspero, marcado por la memoria reciente de los aranceles estadounidenses asociados a la etapa de Donald Trump. Y justo cuando el calendario parecía dar un respiro, China decide abrir otro frente.
El Ministerio de Comercio de China ha anunciado este lunes la imposición de aranceles antisubvenciones provisionales de entre el 21,9% y el 42,7% a las importaciones de determinados productos lácteos procedentes de la Unión Europea. La medida entrará en vigor a partir del 23 de diciembre de 2025 y se aplicará mediante depósitos provisionales en aduana.
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Traducido a la realidad del comercio: desde mañana, el golpe ya no es teórico. Es un coste adicional inmediato que puede alterar precios, márgenes y estrategias en un sector donde cada punto porcentual cuenta.
¿Qué aranceles ha impuesto China a los productos de la Unión Europea y desde cuándo se aplican?
China habla de medidas antisubvenciones provisionales. No se trata, por tanto, de una medida definitiva (por ahora), sino de una decisión temporal mientras avanza la investigación. La aplicación se realizará mediante depósitos provisionales de derechos antisubvenciones que los importadores deberán consignar cuando entren los productos en el país.
Los porcentajes anunciados oscilan entre el 21,9% y el 42,7%, con vigencia desde el 23 de diciembre de 2025. Es decir: la medida nace con fecha concreta y efecto inmediato, y eso la convierte en una noticia que afecta desde ya a la operativa diaria.
¿Qué productos lácteos europeos están afectados por los aranceles de China?
El comunicado del Ministerio de Comercio chino acota el alcance a determinados productos lácteos procedentes de la Unión Europea. En concreto, los productos señalados incluyen:
Queso fresco y procesado, queso azul, leche y nata con un contenido de grasa superior al 10% en peso.
La precisión importa: no es un titular genérico contra “los lácteos europeos” en bloque, sino una lista concreta de categorías que ahora quedan sometidas a los depósitos provisionales anunciados.
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Conviene aclarar qué productos quedan fuera de esta medida. A pesar de la inquietud inicial, quesos españoles emblemáticos como el queso manchego no están incluidos en este paquete de aranceles provisionales. El motivo es técnico: se trata de un queso curado o semicurado de leche de oveja, mientras que la medida china se limita, por ahora, a los productos que hemos detallado. No obstante, el carácter provisional de la decisión mantiene la atención del sector, ya que el expediente sigue abierto y podría evolucionar en los próximos meses.
¿Por qué China dice que impone estos aranceles antisubvenciones a los lácteos de la UE?
Según explica China, sus autoridades investigadoras han determinado de forma preliminar que los productos importados de la Unión Europea habrían estado subvencionados, lo que habría causado un daño sustancial a la industria láctea “pertinente” en China.
En su argumentación, Pekín añade además un elemento clave en este tipo de procedimientos: sostiene que existe una relación causal entre esas subvenciones y el daño detectado. Con esa base, el Ministerio de Comercio trasladó una propuesta a la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado, que finalmente decidió implementar las medidas provisionales.
¿Cómo afectan los aranceles de China a las exportaciones europeas y qué puede pasar ahora?
En el corto plazo, el efecto es claro: si un producto europeo entra en China con un depósito adicional de entre el 21,9% y el 42,7%, la cadena comercial tiene que recolocar el tablero. O sube el precio final, o se recorta margen, o se renegocian condiciones. Y en productos con competencia fuerte —y con consumidores sensibles al precio—, el impacto se nota rápido.
En el medio plazo, lo que pesa es la incertidumbre. Estas medidas son provisionales, pero su mera existencia ya introduce una variable nueva en la relación comercial entre la Unión Europea y China. Para el exportador europeo, el mensaje es simple: el mercado puede cambiar de condiciones de un día para otro.
Y por eso este episodio tiene un efecto psicológico añadido: llega al final de un año en el que muchas empresas aún arrastraban tensión por el entorno comercial internacional. Primero fue Estados Unidos. Ahora China. Y, en medio, el mismo sentimiento: exportar vuelve a parecer un ejercicio de resistencia.
Desde mañana, la decisión ya no se discute en titulares. Se paga en frontera.