
En los últimos años, las aerolíneas han comenzado a dar más protagonismo a la gastronomía a bordo, un cambio notable que responde a la evolución de las expectativas de los pasajeros.
Al viajar en avión, se valora mucho la calidad y el confort, aspectos como la puntualidad y la atención al cliente juegan un papel importante, y también, sin duda, la gastronomía.
La evolución de la comida a bordo
En el pasado, la comida en los aviones no ha tenido muy buena reputación. Sin embargo en la actualidad, muchas aerolíneas han elevado sus estándares, apostando por ingredientes de alta calidad, chefs reconocidos y menús personalizados para mejorar la experiencia gastronómica de sus pasajeros. Este cambio ha sido significativo, pasando de una oferta de comida rápida y de bajo costo, a una gastronomía más sofisticada y cuidada.
Recuerdo cuando Paloma Manzaneque era directora de Atención al Cliente en Iberia; durante varios meses, la aerolínea ofreció menús diseñados por restaurantes de alta cocina, incluyendo la colaboración de cuatro chefs españoles con 2 estrellas Michelin cada uno. Esta iniciativa marcó un hito en la gastronomía aérea, y demostró el potencial de las aerolíneas para ofrecer una experiencia culinaria de primer nivel.
Desafíos gastronómicos en altura
Es curioso que uno de los desafíos a los que se enfrentan los chefs en los aviones, es la alteración del sentido del gusto y del olfato a gran altitud. A 10.000 metros de altura, la baja presión y la escasa humedad en la cabina afectan a la percepción de los sabores.
Según un estudio, el umbral de detección de la sal y del azúcar disminuye entre un 20% y un 30% en estas condiciones. Sin embargo, otros sabores como el ácido, el amargo, el picante o el umami no se alteran e, incluso, pueden percibirse mejor en altitud. Esto obliga a los chefs a adaptar sus menús, ajustando las recetas para que los platos mantengan su sabor y optimizando, así, la experiencia gustativa de los pasajeros.
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Menús personalizados y opciones especiales
La diversificación de las opciones gastronómicas ha sido otra de las grandes innovaciones en la industria. Hoy en día, las aerolíneas ofrecen menús para distintos tipos de restricciones alimentarias y preferencias, tales como opciones vegetarianas y veganas, sin gluten o bajas en sodio. Además, algunas compañías ofrecen menús gourmet, con caviar y vino de alta gama, especialmente en las clases premium.
En línea con las tendencias actuales de la gastronomía del siglo XXI, las aerolíneas también están apostando por menús más saludables y sostenibles. Se están reduciendo los plásticos, se incorporan ingredientes orgánicos y se diseñan porciones más equilibradas. Además, se utilizan nuevas técnicas de conservación y de presentación para mejorar la calidad del servicio a bordo.

El ejemplo de Iberia
Por poner algunos ejemplos, Iberia es una de las aerolíneas que ha destacado no solo en la atención al cliente (especialmente en lo que se refiere al servicio de la tripulación de cabina), sino también en la evolución de la gastronomía aérea. La compañía ha logrado transformar la comida en una experiencia culinaria, reflejando la riqueza de la cocina española y adaptándola a las necesidades y preferencias de cada tipo de vuelo.
En vuelos de largo recorrido y en la clase Business, los menús de Iberia se elaboran en colaboración con Ddoco, basándose en la Dieta Mediterránea. Estos menús utilizan materias primas de alta calidad y productos de temporada, e incluyen aperitivos, varias opciones de plato principal y postres. Todo ello se sirve con una atención personalizada y una vajilla y mantelería de alta gama.
En la clase Turista Premium, los pasajeros disfrutan de menús preparados diariamente con ingredientes frescos y servidos en vajilla de loza. Esta opción también se orienta a ofrecer una experiencia gastronómica cuidada y de calidad.
En clase Turista, los menús están inspirados en los sabores característicos de España, con productos de temporada y cuidando cada detalle en su elaboración. Además, se ha incorporado el servicio de Gastrobar, que ofrece una variedad de dulces, salados y bebidas para complementar la experiencia.
Y una de las innovaciones más destacadas de Iberia, es la posibilidad de consultar el menú antes de embarcar, a través de la web de la aerolínea.

Otras aerolíneas con una gastronomía de calidad
Otro ejemplo a destacar es el de Singapore Airlines. Esta aerolínea es conocida por ofrecer una experiencia culinaria excepcional, con menús elaborados por chefs de renombre mundial.
La compañía ha trabajado con chefs galardonados como Alfred Portale y Yannick Alléno, para crear menús exclusivos en sus vuelos de larga distancia. También ofrece opciones adaptadas a diversas dietas y restricciones alimentarias, como menús vegetarianos, veganos y sin gluten.
La aerolínea de lujo Emirates, con sede en Dubái, ha ganado reconocimiento por su enfoque en la calidad gastronómica. Emirates ofrece menús elaborados por chefs internacionales, con opciones de alta gama, como caviar y platos gourmet, productos saludables y menús especiales.
Además, su oferta varía según la clase de cabina y el destino, adaptándose a las preferencias de los pasajeros. En sus vuelos de primera clase y clase ejecutiva, la oferta incluye una extensa carta de vinos y una selección de platos inspirados en cocinas internacionales.
Y en cuanto a las aerolíneas de América del Sur, una mención a Latam Airlines, que ha logrado destacar no solo por su conectividad y servicios, sino también por su oferta gastronómica.
Su propuesta busca reflejar la diversidad y riqueza de Iberoamérica, combinando ingredientes autóctonos con técnicas de alta cocina. Entre las opciones más populares, se encuentran platos como las empanadas argentinas, los tamales de pollo o el arroz con mariscos.
Viajar, una experiencia sensorial
Me gusta ver cómo, en los últimos años, la gastronomía a bordo ha experimentado una verdadera transformación. Lo que antes era un servicio limitado y de baja calidad, hoy se ha convertido en una parte integral de la experiencia de viaje.
Gracias a estas innovaciones, viajar en avión ya no es solo un traslado, sino una experiencia sensorial completa, que permite a los pasajeros disfrutar de la riqueza de las cocinas del mundo, incluso en las alturas, y hacer del vuelo una experiencia mucho más placentera.
Rafael Ansón