La semana pasada, escribí un artículo donde compartía una selección de 10 platos iberoamericanos que se encuentran entre mis preferidos. Desde el gazpacho o la paella de España, hasta las arepas de Venezuela, pasando por los tacos mexicanos, la moqueca brasileña, el asado argentino o el chocolate.
Teniendo en cuenta que la mitad de lo que comemos es líquido, y que cada vez cobra más relevancia la elección de la bebida para redondear la experiencia gastronómica, hoy voy a exponer cuáles son mis 10 bebidas favoritas, en un recorrido que abarca diversos países y propuestas para acompañar esos (y muchos otros) platos iberoamericanos.
Vinos y vermús
Como es natural, entre mis bebidas favoritas están, sin duda alguna, los vinos. Y, dentro de los vinos, destacaría el Jerez y el Cava, en el caso de España. Junto a nuestro Jerez, está el Oporto (vinho do Porto, en portugués), que se elabora en el Valle del Duero de Portugal.
En cuanto a los vinos tintos, aparte de las regiones y denominaciones españolas como Rioja o Ribera del Duero, hay vinos de relevancia mundial en Mendoza, en Argentina.
Entre los vinos blancos, algunos españoles como los verdejos y albariños; sin duda, de Portugal, como los del Alentejo, Douro y Vinho Verde; y también algunos de Chile.
El vermú, cuyo origen es típicamente europeo, es otra bebida que puede ser un buen acompañamiento para determinados platos. En España se elaboran algunos estupendos, y tiene una relevancia tan importante que existe la expresión “la hora del vermut”, que es justo antes de comer, en el aperitivo.
Marqués de Riscal Frank Gehry Selection. (Foto: Marqués de Riscal)
Cervezas
Si hablamos de cervezas, existe una gran variedad en el mercado, desde ligeras hasta intensas, tradicionales y artesanales, y con procesos de producción que las hacen más amargas, más afrutadas o, incluso, con sabores añadidos (como el picante).
Quizá las más versátiles y fáciles de combinar con la comida sean las frescas y ligeras, probablemente algunas españolas y mexicanas. En el caso de España, destacan también las intensas y amargas.
Entre los grandes consumidores, también figuran Brasil y Chile, con algunas referencias destacadas.
Cócteles y destilados
Y quizá lo más singular sean los destilados. Los más conocidos han sido, durante mucho tiempo, la ginebra y el whisky. También el coñac o el brandy de Jerez. Aunque últimamente son más populares por los cócteles, donde los grandes protagonistas son los destilados iberoamericanos como el ron caribeño, los mezcales mexicanos (entre ellos, el tequila), el pisco peruano o la cachaça brasileña.
Por tanto, junto con el Dry Martini y sus diferentes variantes, el Negroni, el Gin Tonic o el Bloody Mary, los cócteles más habituales, al menos en España, son la Margarita, el Mojito, el Daiquirí, la Caipirinha y el Pisco Sour.
Cócteles clásicos iberoamericanos elaborados por Diego Cabrera. De izda. a dcha.: pisco sour, caipiriña, mojito, daiquirí y margarita. (Foto: Rafael Ansón)
Mis 10 armonías
Y ahora, de una manera muy breve, diré las bebidas con las que yo tomaría cada uno de los 10 platos que cité en el artículo anterior.
El gazpacho es un plato difícil de combinar, por lo que es mejor continuar, en este caso, con la bebida del aperitivo, por ejemplo, con un cava Elyssia de Freixenet.
La paella, o el arroz a banda, podrían ir bien con un vino blanco chileno, como los Lapostolle Cuvée Alexandre Chardonnay. Y las filloas, con un Oporto como el Burmester Tawny 20 Años.
El guacamole, lo combinaría con un vermú gallego, un Petroni elaborado con albariño. Los tacos al pastor, con un cóctel a base de mezcal (y si el mezcal es de Oaxaca, o Guajaca, mejor).
El asado argentino combina muy bien con un vino de Mendoza, un Malbec de Nicolás Catena Zapata. La moqueca brasileña, con una cachaça, pero también con una cerveza refrescante.
Cerveza Mahou Barrica envejecida en Bourbon. (Foto: Mahou San Miguel)
La causa limeña, la tomaría con un vino tinto ligero, como un Frank Gehry de Marqués de Riscal del 90. Las arepas, con un oloroso de Osborne, un amontillado. También, según el relleno, con una cerveza como la Mahou macerada en bourbon.
De postre, una combinación divertida para el chocolate podría ser la piña colada.
Y, por cierto, se me olvidó añadir entre mis platos favoritos la tortilla de patata, que admite toda clase de armonías. Mi preferida, un tinto como el Valduero 12 Años, o un vino seco de Jerez.
Estas son mis propuestas pero, como digo siempre, la mejor armonía es la que a cada uno le guste más. Incluso, puede ser diferente dependiendo de la ocasión, de las preferencias del momento, del estado de ánimo o de la compañía.
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