La popular cerveza negra irlandesa Guinness vive su mejor momento en décadas. Lo que antes se consideraba una bebida para hombres mayores y aficionados al rugby, hoy la eligen también mujeres y jóvenes. Sin embargo, tal éxito ha llevado a los pubs británicos a racionalizar la bebida debido a una demanda mayor a la oferta.
La popularidad de la Guiness se ha extendido incluso a Estados Unidos, donde esta cerveza se ha convertido en la más importada en los últimos 12 meses, y en Europa, la versión sin alcohol, Guinness 0.0, duplicó sus ventas en el último año fiscal. Según los analistas, su factor clave se halla en la combinación de su bajo contenido calórico (210 calorías por pinta) y su suavidad.
Las estadísticas actuales reflejan que Guinness ya representa más del 50% de las ventas de cerveza de barril de la empresa Diageo, propietaria de la marca, lo que supone el doble en comparación con hace dos años.
Mientras, las ventas generales de cerveza en el Reino Unido disminuyeron un 0,5% entre julio y octubre, las ventas de Guinness aumentaron un 20,9% Se trata de un panorama que muchos atribuyen a los “Guinnfluencers”, creadores de contenido que las califican como las pintas de moda y mejor servidas.
En respuesta a la demanda, Diageo, ha limitado la cantidad de barriles que los pubs pueden adquirir, decisión que preocupa a los consumidores más asiduos sobre todo justo en plena temporada navideña.
Algunos han tomado medidas creativas ante la escasez, como tarjetas de racionamiento, exigiendo a los clientes comprar otras dos bebidas antes de poder pedir una Guinness.