El jamón ibérico es el centro de una tradición. La más mínima parte de la gastronomía de España empieza por un plato de embutidos, de los que se acaban antes de que lo haya probado, si uno no es rápido. Por eso es ciertamente incomprensible que aún no existiera un día para celebrar este producto. Para solucionarlo, ha llegado la marca de Enrique Tomás para decir que este 28 de septiembre se va a instaurar el Día del Jamón.
Con esta iniciativa, se busca que todo el mundo aprenda a disfrutar de la calidad del jamón y expandir el conocimiento sobre las propiedades y beneficios de consumirlo. El jamón es un alimento que resulta curando con sal y tiempo las patas de los cerdos. Los animales utilizados tan solo se crían en la península Ibérica debido a las condiciones climáticas únicas que mantiene el proceso excepcional de crianza del cerdo y curación de la carne.
EL producto ibérico por excelencia
Enrique Tomás pone de relieve la dificultad de la crianza de los cerdos y da valor a las dehesas a través del nuevo Día del Jamón, Por ello, se adquiere la idea de que en esta jornada se protege el ecosistema y biodiversidad de las dehesas, así como la producción de jamón de forma sostenible y cuidadosa con el medioambiente.
Las variedades de jamón son muy numerosas: serrano, ibérico, de cebo o de bellota, entre otras. La más cotizada es la de Jamón de Jabugo o de Huelva, que ha llegado a alcanzar 12.000 euros la pieza, definiéndose esta como la venta más cara del mundo. Es un jamón ibérico de cerdos alimentados con bellota. Cada una de las variedades mantienen sus propias denominaciones de origen, como esta de Jabugo o las D.O.P. de Guijuelo, de la Dehesa de Extremadura o de Teruel, entre muchas otras.
“El jamón no solo es el mejor producto gastronómico del mundo, sino que solo se hace aquí, en la península ibérica. Debemos celebrar este día con orgullo, ya que es la única bandera que realmente nos une a todos”, eran las palabras de Enrique Tomás al declarar el 28 de septiembre como el día afortunado.
Platos españoles donde el jamón no falta
Desayuno andaluz. La base es el pan mollete y el mejor aceite de oliva, pero luego le sigue la perfección: un poco de tomate y unas lonchas de jamón. Marca España, no hay otra.
Salmorejo. Otro clásico del sur que no perdona el jamón. Esta sopa fría de tomate se corona con trozos de huevo cocido y tacos de jamón. La mezcla de sólido y líquido, los sabores intensos del tomate con el vinagre y el frescor que aporta el salmorejo a un mediodía de verano, no combina mejor con otra cosa que no sea el jamón.
Croquetas de jamón. La cocina de aprovechamiento más rica de España. Las croquetas pueden ser de cualquier cosa, pero las de jamón son las preferidas de casi todo el país. No es extraño que existan competencias dedicadas exclusivamente a la croqueta de jamón, pues la explosión de pan rallado dorado, bechamel muy cremosa y prominentes trozos de jamón en un solo bocado, no dejan indiferente a nadie.
Huevos rotos con jamón. Una de esas tapas que recurren cada viernes noche en los bares de todo el país. Es sencillo y muy rico: patatas fritas, huevos fritos y jamón a la plancha. En este caso es el jamón el que marca la diferencia, ya que los huevos rotos pueden llegar a numerosísimas variedades, pero cuando se le añade un buen jamón por encima, no existe rival.