A pesar de ser uno de los seres vivos más antiguos del planeta, la espirulina se considera hoy en día como un alimento del futuro. En la IV edición de Organic Food& Eco Living Iberia, hablamos con Rubén López, encargado de ventas de Organa Espirulina, quien nos habló sobre las propiedades y beneficios de esta microalga.
- ¿En qué consiste la espirulina?
La espirulina es una cianobacteria que tiene 3.500 millones de años. Es uno de los primeros organismos que inició la vida en la Tierra, porque es un gran capturador de CO2; y junto con otros organismos generaron la atmósfera terrestre.
La espirulina nos ha acompañado en toda la historia del planeta sin apenas modificaciones, es un organismo muy simple y muy resiliente. La espirulina es el alimento que tiene mayor concentración de nutrientes en el planeta. Vive en un medio acuático, salino y alcalino; y nosotros lo cultivamos en Lérida en invernaderos, en balsas grandes. Luego lo filtramos, y después lo centrifugamos para sacarle el agua. Esto da lugar a una biomasa, la cual pasamos a deshidratarla a muy baja temperatura. De ahí ya estamos generando productos como el bombón, una crema de almendras o sal de espirulina.
Nosotros consideramos que es un alimento del futuro que ya está presente a día de hoy. ¿Por qué alimento del futuro? Porque es un alimento que, a parte de su gran concentración de nutrientes, a la hora de producirlo utiliza muy pocos recursos, tanto energéticos como hídricos, y, a parte, no necesita suelo para producirse. Entonces, esto lo enfoca con una buena perspectiva de cara a lo que parece que nos espera.
- ¿Se trata de un proyecto pionero?
Sí, somos la primera empresa europea en comercializar espirulina fresca y viva en Europa. El 99% de espirulina se produce en India y China; lo que pasa es que allí el sistema de cultivo es diferente y el sistema de deshidratado se produce en spray dry a 180 grados, lo cual oxida la espirulina y hace que pierda muchas de las vitaminas y antioxidantes.
Por otro lado, hay antioxidantes que en algunos casos se extraen para atender a otros mercados, y entonces se deja desprovista de elementos como la ficocianina, que es un súper antioxidante. Por eso, mucha de la espirulina que se vende en los mercados, ya no tiene este antioxidante. Nuestra producción es artesanal, y es muy rica en ficocianina.
- ¿Cómo mostráis el compromiso ecológico y orgánico con vuestra empresa?
Lo mostramos a través de nuestra presentación, porque hablamos de que, aparte de ser un superalimento, a la hora de eficiencia, un kilo de espirulina necesita muy pocos recursos energéticos e hídricos. Esto lo comparamos con la soja, con el maíz, con la ternera, y no tiene comparación porque la espirulina utiliza muchos menos recursos para producir un kilo de proteína.
La espirulina deshidratada tiene un 70% de proteína, y en fresco hasta un 20%. Lo que ocurre es que la espirulina ofrece una proteína que es completa, de alta calidad; es de origen vegetal, pero contiene todos los aminoácidos esenciales y no esenciales. Con lo cual, es una proteína de alta calidad, con una biodisponibilidad del 92%.
- Es un superalimento con muchas propiedades, entonces.
Tiene casi todo el grupo de las vitaminas B, tiene vitamina A, tiene pigmentos como la ficocianina, que es un antioxidante, ficoeritrina, carotenos, etc. Y está indicada como un potente antiinflamatorio, ayuda a combatir el envejecimiento, refuerza el cuero cabelludo y los dientes…
La espirulina fresca trabaja muy bien como prebiótico y probiótico; aporta un “microalimento” que el cuerpo no lo digiere, sino que alimenta a las bacterias del intestino como prebiótico. Como probiótico, favorece que toda la flora intestinal se encuentre en buena salud.
- ¿Cómo se introduce este producto en la gastronomía?
Estamos focalizados en la espirulina fresca, y ahora estamos trabajando con Rodrigo de la Calle, un chef con dos Estrellas Michelin y dos Soles de Repsol, que hace alta cocina vegetal. Está introduciendo la espirulina en platos y experimentando con ella.
En el caso de la espirulina fresca, nosotros la ofrecemos para untarla en pan como si fuesen tostadas; se puede hacer también como si fuese mayonesa de espirulina fresca. También se puede mezclar con mantequilla, que además eso aumenta la caducidad. Asimismo, tanto la fresca como la deshidratada, se puede incorporar en yogures, batidos, pastas o ensaladas.
- ¿Cree que es un alimento que en un futuro estará más presente en las dietas?
Sí, sobre todo porque necesitamos alimentos a la larga por el problema que vamos a tener de superpoblación y de no disponibilidad de tierras de cultivo. La espirulina va a ser una gran oportunidad, ya que no vamos a necesitar comer tanta cantidad, sino más calidad, alimentos más nutritivos. Y luego, a la hora de cultivar, la espirulina no necesita apenas suelo.
- ¿Cómo estáis posicionados dentro del mercado?
Estamos enfocados a un mercado gourmet, sobre todo en el sector Horeca para restaurantes de alta cocina; y luego trabajamos con el cliente final, gente muy interesada en su salud, y con el mercado vegano y vegetariano.