La Garnacha Peluda: una variedad de uva con personalidad

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Cristina Ybarra
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La Garnacha Peluda, también conocida como Garnacha Hairy o Garnacha Tinta, es una variedad de uva que ha ganado reconocimiento en el mundo vitivinícola por su singularidad y características distintivas. Esta variante de la Garnacha, que se cultiva principalmente en regiones de España, se destaca no solo por su aspecto físico, sino también por su potencial en la elaboración de vinos de calidad.

Origen y distribución

La Garnacha Peluda es una variedad autóctona de España, y su cultivo se ha documentado en diversas regiones vitivinícolas del país, como Aragón, Navarra y Cataluña. Su nombre proviene de la presencia de una suave pelusilla que recubre los racimos y las hojas, una característica que la distingue de otras variedades de Garnacha. Aunque no es tan conocida como su prima la Garnacha Tinta, su cultivo ha ido en aumento, especialmente entre los viticultores que buscan experimentar con variedades menos comunes.

Características de la uva

La Garnacha Peluda se caracteriza por sus racimos compactos y de tamaño mediano, con bayas de piel fina y un color que varía de rojo oscuro a púrpura. La pelusilla que cubre las uvas no solo es un rasgo visual, sino que también juega un papel en la protección de la fruta, ayudando a prevenir enfermedades y a regular la exposición al sol.

En cuanto a su perfil organoléptico, la Garnacha Peluda ofrece una acidez equilibrada y un contenido alcohólico moderado. Los vinos elaborados con esta variedad suelen presentar notas frutales intensas, con toques de frutos rojos, especias y, en ocasiones, un ligero matiz herbáceo. Su estructura es generalmente suave, lo que la convierte en una opción versátil para maridar con una amplia gama de platos.

Vinificación y estilo de vino

La vinificación de la Garnacha Peluda puede variar según la región y el estilo del productor. Algunos enólogos optan por una fermentación en acero inoxidable para preservar la frescura y la fruta, mientras que otros pueden optar por la crianza en barricas de roble, lo que añade complejidad y profundidad al vino. Esta flexibilidad en la vinificación permite que los productores experimenten y creen vinos únicos que reflejan tanto el terruño como la personalidad de la variedad.

Los vinos de Garnacha Peluda han comenzado a ganar reconocimiento en competiciones internacionales, destacándose por su calidad y originalidad. Además, su capacidad para envejecer bien en botella hace que sean una opción atractiva para los coleccionistas y amantes del vino.

Credito
Cristina Ybarra