El combinado cubano por excelencia, el mojito, aclamado en todo el mundo por su sabor y frescura, reclama aún más si cabe su protagonismo durante los meses de verano. Imprescindible en cualquier carta de cócteles, fue creado en Cuba a finales del siglo XVI, cuando todavía era una colonia española.
En ese momento, los cubanos estaban acostumbrados a tomar una bebida llamada guarapo, que se obtenía a través del jugo de la caña. Esta bebida se le ofreció al pirata Francis Drake, quien en uno de sus viajes a Cuba decidió mezclar el guarapo con aguardiente, lima, azúcar y menta, y compartió la bebida con su tripulación. Cada ingrediente ayudaba a los piratas con algún problema: el aguardiente los ayudaba a entrar en calor, el limón combatía el escorbuto -un problema muy común entre los marineros, producido por la falta de vitamina C al no poder consumir frutas y verduras frescas durante meses -, la menta les refrescaba y el azúcar ayudaba a digerirlo.
La bebida se empezó a hacer popular entre los bares y locales del país, en especial en una tasca de La Habana llamada La Bodeguita del Medio. Hasta allí han acudido varias celebridades a lo largo de los años, para probar el famoso mojito, como el escritor Ernest Hemingway, quien dijo su famosa frase de “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita”.
En cuanto a su receta, la original de Cuba se compone de ron blanco o aguardiente, zumo de lima, una ramita de hierbabuena, azúcar blanco, hielo y agua de sifón o soda. A la hora de su elaboración, se comienza untando el borde superior del vaso con zumo de lima y azúcar, lo cual aportará más frescura a la hora de beberlo. En el vaso se le incorpora el azúcar blanco (aunque en muchos países emplean azúcar moreno), junto con el zumo de limón y la hierbabuena; todo esto se mezcla y se le retira la ramita de hierbabuena. Es la hora de incorporar el ron blanco cubano y el agua de sifón. Por último, el hielo y se corona con una rodaja de limón a modo de adorno.
El mojito, un cóctel que evoca al verano, vacaciones y playa. Con él, el ron blanco cubano ha llegado a paladares de todas las partes del mundo y que ahora más que nunca, se deleitan con esta refrescante bebida bajo el implacable sol del verano.
