Chile. La compañía de vinos Concha y Toro cambió la mayoría de los cultivos de uvas destinados a la producción de su famoso Casillero del Diablo del Valle Central a las regiones costeras de Casablanca y Limarí.
A partir de ahora, todas las variedades de Casillero del Diablo involucradas en el cambio llevarán la denominación de la región en la botella.
Aunque la compañía ha estado cultivando uvas en la región de Casablanca durante 20 años y en el Valle Limarí durante los 5 años pasados, ahora ha tomado la decisión de cultivar todas las variedades blancas y rojos de clima más cálidos en estas regiones.
Según el enólogo Marcelo Papa, el cambio obedece también a demostrar que los consumidores sepan que Chile es diverso en estilos de vino y geografía.
“No nos parecemos a Argentina, donde cuando usted toma un Malbec de Mendoza, usted sabe que esperar. Nosotros hemos estado trabajando para diversificar la visión de la denominación de origen de Chile”.
La compañía cultiva variedades de uvas como Sauvignon Blanc, Viognier y Pinot Noir en Casablanca, Pinot Grigio en Limarí, y Chardonnay tanto en Casablanca como en Limarí.
Según el enólogo, Casablanca imprime “características de fruta tropicales con más roble” a los vinos, mientras que la versión Limarí tiene ‘menos roble y más sabores minerales, a diferencia del Chardonnay que era cultivado antes en el Valle Central el cual daba “más sabores de plátano y menos acidez”.
Él experto aseguró a la prensa que si bien los vinos de Concha y Toro son también conocidos por la calidad de sus variedades blancas, “en el Valle Central la calidad es buena, pero no es emocionante. Ahora tenemos los recursos de ir a la costa y hacer algunos estilos más atrevidos”.
La compañía ha gastado aproximadamente $10 millones para establecer una nueva bodega en Limarí y también posee 800 hectáreas de la viña en la región. Además tienen otras 300-400 hectáreas que deberán entrar a producir en los próximos cuatro a cinco años.
Casillero del Diablo vendió 2.8 millones de casos en 2008, siendo el Reino Unido su mercado de exportación más grande. El cambio, aseguraron sus directivos, no supondrá un aumento en el precio del vino y además se mantendrán sus estándares de calidad.