La empresa Cuba Ron S.A. posee como fortalezas la investigación, desarrollo e innovación, potencialidades que le permiten responder a las expectativas de sus clientes, insertarse en los nuevos mercados, y ratifica sus índices de exportaciones. Ello siempre de la mano de la tradición y la autenticidad en el arte de hacer ron heredada por los Maestros Roneros
A 150 años de la creación del ron ligero cubano, este producto mantiene su elevado prestigio internacional; y amplía sus variedades y mercados comerciales, garantizando sus estándares de calidad, junto a la tradición que le imprime un sello de autenticidad, aseguró Carlos Rafael Soto, vicepresidente de la empresa Cuba Ron S.A.
“Durante el año 2012 hicimos particular memoria del surgimiento en nuestro país y para el mundo, del ron ligero cubano, un suceso que responde a la evolución del producto después de múltiples intentos para mejorar la tafia bebida hace más de un siglo, al estilo de otros rones antillanos en colonias inglesas y francesas.
“Correspondió a Santiago de Cuba este honor, aunque otros le continuaron de tal manera que, en el mismo siglo XIX, los mayores lauros en el ámbito internacional correspondieron al Ron de Santiago de Cuba, y junto a él otros de toda la Isla, anunciando con ello que había nacido, no solo el ron de una localidad en la Mayor de las Antillas, sino el Ron de Cuba”.
¿Cómo ha funcionado esta combinación de historia, tradición, ciencia y tecnología en el arte de hacer el ron ligero cubano, a través de más de un siglo?
No se trata de una receta o fórmula milagrosa, sino de una manera de destilar el aguardiente, fabricar los rones, añejar y mezclar, esta tradición se fue perfeccionando aún en el siglo XX, junto a los procedimientos y mezclas que fueron trasmitiéndose de generación en generación hasta el día de hoy.
Cada fabricante o maestro aprendió de los que les precedieron, y enseñó a los que le siguieron. Cada uno ha buscado la excelencia del producto que elabora en la realización de múltiples mezclas y sucesivas etapas de añejamiento, siempre en barriles de roble blanco.
Se conjugan ciencia, técnica, arte y magia en el ejercicio y ensayo de mezclas para distinguir al ron cubano de otros, y elaborar variedad de tipos. Por supuesto, también se ha asumido lo necesario del desarrollo de las ciencias y las tecnologías, pero sin perder las prácticas que distinguen al Ron Cubano en sus más ricas tradiciones.
La variedad de marcas y tipos de rones tienen como bien común las cualidades del aguardiente de la caña cubana. ¿Cómo valora la evolución de este producto a 150 años de existencia?
La búsqueda de un aguardiente de aroma y sabor particular, que evolucionado en barriles de roble blanco resulte suave, agradable y frutal, constituyó en el siglo XIX el mayor desafío para los productores cubanos, y aún en el siglo XX continuaron los estudios y experimentación hasta establecer para la melaza de caña que crece en Cuba, un cultivo mixto de levadura, una fermentación y una destilación específicas que garantiza el aguardiente con valor organoléptico propio y distintivo.
Bien puede afirmarse que es el aguardiente el alma del ron cubano y a él debe su aroma y sabor, evolucionado por el roble blanco, pero imposible de alcanzar si no se parte de ese origen.
La conservación del cultivo mixto de levaduras y la destilación con la consiguiente selección de condensados han sido muy bien protegidos a través de decenas de años, garantizando el perfil sensorial del aguardiente con que se elabora el ron cubano.
¿Cómo valora el crecimiento y aceptación del ron cubano en el mercado internacional?
En el 2012 se alcanzó un crecimiento en las ventas y exportaciones de nuestras marcas de rones entre 2 % y un 3,2 % con respecto al año anterior, con mayor dinámica de crecimiento para las marcas Havana Club, Legendario, Santiago y Cubay.
El ron cubano goza de gran prestigio internacional validado por su calidad, asociada a la forma muy tradicional de hacer el ron ligero, cuyo 150 Aniversario se conmemora en la cuna del ron ligero del mundo: Santiago de Cuba.
Una gran prueba de su calidad lo constituye el triunfo en el resto del mundo del producto líder Havana Club, así como los premios relevantes alcanzados en eventos internacionales, por las marcas Santiago de Cuba, Cubay, Legendario, Arecha, Varadero y Caney.
¿Se prevé lanzar nuevos productos para el año 2013? ¿Cuáles son las potencialidades y mercados con los que Cuba Ron S.A. ampliará sus exportaciones?
En el 2013 se inician procesos negociativos con grupos internacionales para la distribución del ron cubano, asociados a las marcas que Cuba Ron tiene como productor y exportador, y se trabaja por el aumento de las exportaciones destinadas a mercados de amplio desarrollo económico como el BRIC.
Además se labora en mantener nuestra presencia creciente en Europa y América, a pesar de no tener acceso al mayor mercado del mundo de bebidas espirituosas, como consecuencia del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto a Cuba por el gobierno estadounidense.
La empresa posee como fortaleza la investigación, desarrollo e innovación (I+ D+I), factores que nos permiten responder a la dinámica creciente de las expectativas de los clientes, referidas a los nuevos productos, y cada año inserta en los mercados novedosos desarrollos; al mismo tiempo que ratifica las exportaciones con las cantidades y calidades en los que se encuentran maduros, siempre con la premisa de mantener como garantía el añejamiento natural para el Ron Cubano.
¿Cómo concibe Cuba Ron S.A. la presencia de los maestros roneros en el proceso de obtención de esta bebida, y en la transmisión de ese conocimiento de una generación a otra?
Para la empresa el papel del Maestro Ronero es determinante, al dar continuidad histórica al ron cubano, tanto en su calidad, como en el volumen de producción. Ellos constituyen la memoria viva del ron cubano: lo identifican, lo recrean y lo defienden.
Las bodegas de añejamiento y los barriles que contienen aguardiente y rones son testigos de la consagración y cuidado de los maestros roneros.
Son hombres y mujeres de elevado rigor científico-técnico, pero a la vez identifican al ron cubano como genuina expresión de la cultura cubana.
Cada ron cubano tiene la identidad que le ha dado su maestro, y aun cuando intervienen máquinas, laboratorios y otras expresiones de la técnica, la última palabra la tiene la evaluación sensorial que paneles adiestrados le califican, pues su maestro lo aprueba luego de identificarlo.
Cada maestro tiene aspirantes a su cuidado y por largos años los prepara y educa en el respeto a una tecnología y amor fiel a una cultura, con rigor, humildad y sencillez. Son la continuidad histórica del ron cubano y su más seguro guardián.