Foto tomada de @_dmaza_
El vinicultor cubano Jesús Maza Martínez reiteró en esta capital sentirse confiado en una mejor comercialización de sus productos pues su marca ya fue registrada por la Oficina Cubana de la Propiedad Industria (OCPI), que confiere a su titular el derecho exclusivo de utilizarla en el tráfico económico.
Propietario de D' Maza Vinos y Licores, adelantó a Excelencia Gourmet que este aval facultad de impedir que otros hagan uso de la marca sin su consentimiento, oponerse al registro de signos similares y accionar ante las autoridades competentes en casos de infracción del derecho.
Explicó que se otorga por un periodo de 10 años, protege al empresario y le permite consolidar su actividad e imagen ante la clientela y el mercado, y -recalcó-, si bien el registro no es obligatorio en Cuba, una desacertada estrategia de protección puede ocasionar pérdidas económicas y del sector de mercado.
Acerca de sus vinos artesanales, producidos, elaborados y embazados en una bóveda que posee en su propia casa desde hace unos cinco años, el Trabajador por Cuenta Propia (TCP) reveló que ascienden a unas ocho variedades que son comercializados en más de una decena de formatos de envase de botella reciclada.
También, aseguró producir dos tipos de licores, seis de hidromiel y varios de vinagre con gran aceptación principalmente entre los vecinos del barrio, así como otros clientes de la ciudad que los adquieren en sitios donde está autorizado a vender, dígase encuentros de negocios, eventos de promoción, ferias (como en la Internacional de Deporte) u otras propuestas comerciales, entre otros.
Fabrica sangría, vino tinto de Jamaica, vinos de moscatel, tamarindo, arándanos y pasas, vermut e hidromieles (metheglin) maceradas con canela, jengibre, aromas de especiado y estilo tradicional, y manzana, entre otros, notificó a este reportero Maza Martínez.
Economista de carrera, remarcó que el objetivo inicial de dejar este oficio y comenzar a trabajar en la producción y elaboración de vinos con un diseño impecable y atractivo en el suigéneris logotipo de su marca radica en que “puedan servir de regalo, ayuden a familiarizar cualquier relación humana y acompañar a las familias en todo instante de la vida”.
Al respecto, recalcó el vinicultor citadino de 63 años, que solamente desea que las personas y clientes suyos comprendan que “no produce, ni elabora, ni crea, ni expende, ni comercializa vinos, sino más bien momentos, felicidad y emociones para los seres humanos y queridos”.
Por ese motivo, sentenció Maza Martínez, muchos religiosos adquieren mis productos, algunos envasados en diferentes tipos de dispensadores y sustentadores o colocados en encantadores y atrayentes porta botellas, para hacer sus ofrendas y regalos en diferentes momentos de la vida y el tiempo.
Miembro también del Club de Vinicultores “La Giraldilla”, significó asimismo que si un vino no sale como está previsto y no le satisface, es convertido inmediatamente en vinagre que aromatiza con romero, clavo, ajo y pimienta negra, y expende con gran aceptación.
Admitió que hoy sus propuestas también atraen a las empresas, que adquieren y realizan grandes encargos, entre ellas Cubana de Aviación, la Dirección Provincial de Radio, la Empresa de Tecnologías de la Información para la Defensa (XETID), la Facultad de Medicina Ángel Arturo Aballí y la emisora Radio Progreso, por citar algunos.
