Claves para celebrar una cena de negocios

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Jorge Méndez Rodríguez-Arencibia
Categoría
cena

Antigua como la Biblia, la comensalidad constituye ocasión por excelencia para exponer empeños y pactar acuerdos. Compartir con personas sentadas a la mesa permite conocerse mejor, a la vez que invitación para, durante al menos un par de horas, echar a un lado las tensiones y conversar de lo que realmente se desea.

A continuación se enmarcan, resumidamente, algunos de esos factores esenciales a tener en cuenta:

1- Si bien, usualmente, corresponde al anfitrión marcar pautas antes y durante las comidas, cuando la intención del encuentro consiste en persuadir para una transacción o compromiso contractual, resulta conveniente equiparar protagonismos entre unas y otras partes.

2- Proponer o anunciar a los invitados la fecha de la comida con no menos de cinco días de antelación. Y el día antes, una llamada de cortesía para recordar la invitación.

3- Seleccionar un restaurante ya conocido por quienes invitan, del cual se hayan constatado sus condiciones de privacidad, ambiente placentero, buena calidad de la comida y óptimo servicio al cliente. Efectuar siempre reservación previa. Evitar lucir "novedoso" u "original" optando por restaurantes nuevos o de moda, no teniéndose certeza sobre si son realmente buenos.

4- Valorar con antelación que las condiciones y ofertas del restaurante elegido puedan agradar a los invitados. Indagar con discreción sus probables limitantes o preferencias alimentarias, al igual que respecto a la ingestión de bebidas alcohólicas. Llegar siempre con antelación a los invitados para recibirlos personalmente.

5- Denotar en todo momento buenos modales, sin caer en la rigidez de la etiqueta, aunque tampoco obviar que, cuando se trate de varias personas con diferentes roles, jerarquías, vínculos, edades y géneros, no debe soslayarse la observancia de las normas elementales de protocolo, sobre todo al momento de ubicarlos a la mesa. Es recomendable, cuando las circunstancias lo permitan, usar mesas redondas, las cuales facilitan el seating y estimulan a una mayor espontaneidad en el tratamiento grupal.

6- Si no se ha concertado de antemano un menú por encargo, dar siempre la facilidad a los invitados de solicitar primero lo que deseen comer. Indicar al personal de los servicios entregarles las cartas, directamente. Recomendar solo aquellos platos o bebidas conocidas. El o los anfitriones realizarán sus pedidos de modo que su composición sea lo más equiparada posible a la de sus invitados, en cuanto a volumen, calidad de alimentos y bebidas, así como en precios.

7- El anfitrión o invitantes, deben minimizar –cuando no, proscribir– hablar de ellos mismos, salvo comentar modestas anécdotas. Propiciar que los invitados se manifiesten a sus anchas, haciéndolos sentir como lo más importante del encuentro.

8- Durante la comida, evitar la atención a los teléfonos celulares; o preferiblemente, desconectarlos.

9- Proponer el objetivo de negocios concreto e interesar las precisiones pertinentes NUNCA ANTES de los postres, aunque puede irse introduciendo el tema al comenzar con el plato principal. Si la disponibilidad de tiempo lo permite, sugerir una sobremesa con acompañamiento apropiado de cafés, bebidas digestivas y habanos. No fumar si alguno de los invitados manifiesta no hacerlo.

Credito
Jorge Méndez Rodríguez-Arencibia