Ha pasado suficiente tiempo como para poder decir que el arma que salvó al personaje de Anya Taylor-Joy en El Menú fue una sencilla hamburguesa con queso. Esta carne entre pan se ha convertido en un icono, salvación rápida cuando el estómago ruge y el verdadero sueño americano. Con la que te alimentas antes de bailar, como hizo Mia Wallace (Uma Thurman) en Pulp Fiction. La variedad con piña, musa de Tarantino, también aparece en Reservoir Dogs o Érase una vez en Hollywood.
Y érase una vez, no en California, pero sí en América, el nacimiento de la leyenda. El ritmo acelerado de las ciudades pedía un plato fácil de preparar y de comer para seguir con la ajetreada vida en cuanto antes se pudieran. Algunos historiadores ven su origen en el transcurso de ferias y mercados, dónde se necesitaba el dinamismo y la rapidez.
Un joven llamado Charlie Negreen, que vendía albóndigas en su puesto ambulante, un día tuvo la idea de aplastar la carne y situarla entre el pan. En Wisconsin, su tierra, le consideran el verdadero inventor de esta comida, mientras el título se encuentra en disputa. Menches Brothers, hermanos cuyos descendientes mantienen una cadena en Ohio, vendían perritos en una feria de Nueva York, la feria de Hamburgo. Las salchichas se terminaron y comenzaron a vender carne molida, por lo que ahí también dicen que se marca el inicio de la hamburguesa.
Sin embargo, como su propio nombre indica, tendría que ser de Hamburgo. Esta ciudad portuaria alemana ve reflejada a la hamburguesa que conocemos ahora en uno de sus platos más tradicionales: el Rundstückwarm. Lo que le diferencia del plato estadounidense es la utilización de cerdo en vez de ternera, aunque en la actualidad todo tipo de carne es bienvenida. El plato habría sido llevado en los barcos hasta América, dónde los inmigrantes alemanes la llevarían por todo el país.
Como podemos ver, no hay un lugar exacto en el que clavar nuestra chincheta. Si investigamos un poco más, encontramos a la hamburguesa viviendo en el Imperio Romano. Lo que queda claro del plato es que se ha quedado como marca estadounidense y que la omnipresencia que conlleva su popularidad la ha convertido en una de las comidas más famosas e internacionales.