La mantequilla de maní o cacahuete es uno de los alimentos más populares que existe. Además de poderse adquirir en centros comerciales, tienes la opción más económica de realizarla en casa.
Aunque para algunos su consumo puede ser ocasional, con algunos snacks, para otros forma parte constante de su dieta diaria, y es que posee un sabor agradable, que además ofrece grasas y calorías saludables para el organismo.
Se considera que la mantequilla de maní no es un invento moderno, sino que posee miles de años, ya que las antiguas civilizaciones precolombinas, como los aztecas o los mayas, la preparaban. En Estados Unidos es uno de los productos más vendidos desde 1958, cuando se lanzó la marca Jif.
La receta que compartiremos a continuación es de fácil preparación en el hogar. Se puede almacenar en el refrigerador durante un par de semanas. Pero lo ideal es consumirla antes de que se cumpla este periodo. Te recordamos que su duración es más corta que las de versiones comerciales.
Ingredientes
Para hacer una taza y media de mantequilla de cacahuete necesitarás:
- 300 g de maní.
- 1 ½ cucharadita de aceite vegetal.
- Opcionales: ½ cucharadita de azúcar, una pizca de sal, 1 ½ cucharadita y media de melaza, miel o azúcar morena.
Preparación
Antes de utilizar los maníes para hacer la mantequilla, debes lavarlo con agua fría, esto ayudará a retirar las cáscaras y a ablandarla. Luego, deberás dejarlos secar un rato.
Algunas personas prefieren asar los maníes antes de procesarlos para que tengan una textura crujiente. Sin embargo, este procedimiento no es obligatorio.
Dependerá de ti decidir si quieres o no asarlos. También ten en cuenta que puede comprar los maníes ya tostados.
Para triturarlos con facilidad, toma un rodillo y coloca los maníes dentro de un paño de tela limpio, mientras están todavía calientes. A continuación, procede a triturarlos hasta que se queden hechos polvo.
Mezcla el polvo de maní en el procesador de alimentos con el resto de los ingredientes. La mezcla debe comenzar a quedar más cremosa, como si fuera una pasta o crema.
Raspa los laterales del procesador y repite el proceso otra vez para asegurarte de que la mezcla sea lo más homogénea posible.
Repite al menos tres veces para que la mezcla tenga una consistencia más o menos flexible.
Puedes añadir un poco de sal y azúcar, si lo deseas, pero recuerda mantener la moderación con estos ingredientes.
También puedes añadir pequeñas cantidades de melaza o miel, si prefieres que tenga un sabor más dulce.
Coloca la mantequilla de maní en un recipiente hermético de vidrio y guárdalo en la nevera durante un par de días antes de iniciar su consumo, para que adquiera más o menos la consistencia característica.
Fuente: Mejor con Salud