Podrá sonar manido, pero la frase de que cada gota cuenta, cuando se habla de agua es una verdad como un templo. Y es que este recurso natural resulta literalmente la esencia de la vida. Aunque pareciera inagotable, la realidad dicta lo contrario. No en vano el mundo celebra jornadas de concientización para su uso responsable. Justo una de ellas ocupa las fechas entre el 25 y el 29 de agosto. En el contexto de la Semana Mundial del Agua, desde Excelencias Gourmet evocamos las virtudes de este líquido que cubre las dos terceras partes de nuestro organismo.
Sin olor, sabor ni color, el agua es el verdadero producto estrella de todas las cocinas. Desde la higienización de los utensilios hasta su presencia en casi todas las recetas, no habría gastronomía sin ella. Sin embargo, más allá de su empleo culinario, es valiosa por todo lo que aporta al ser humano.
Beneficios del consumo de agua
Omnipresente en cada tejido, el agua es indispensable en la digestión, la absorción de nutrientes y la eliminación de desechos. Además, el agua es la principal vía a través de la cual el cuerpo mantiene la temperatura, permitiendo la disipación del calor corporal mediante la sudoración, lo que evita la hipertermia en condiciones de calor extremo.
La sed, ese impulso básico que todos experimentamos, es el método que utiliza nuestro cuerpo para alertarnos sobre la necesidad de agua. Se trata de un mecanismo de supervivencia, como respuesta a la deshidratación.
Aunque a veces subestimada, ella puede desencadenar una serie de problemas graves, incluso la muerte. Algunos de los síntomas habituales son la fatiga, dolores de cabeza intensos y complicaciones cardíacas. Incluso a corto plazo, la privación de agua afecta funciones básicas como la digestión, lo que puede llevar al estreñimiento y, eventualmente, a trastornos más serios como infecciones urinarias y problemas respiratorios.
En verano, llevar siempre una botella de agua es una necesidad. El calor puede resultar en mareos y náuseas, que indican una exposición mayor a la temperatura corporal normal, cuyos efectos también derivan en la sequedad de la piel.
Otro de los roles del agua es su capacidad para eliminar toxinas del cuerpo. A través del sistema circulatorio, facilita la expulsión de desechos mediante la orina y las heces. Este proceso de desintoxicación es vital para mantener la salud general. Además, durante episodios de enfermedad, el cuerpo utiliza mecanismos como la sudoración y la micción para expulsar agentes patógenos, un proceso que sería imposible sin la ingesta adecuada de agua.
El agua también juega un papel esencial en la distribución de nutrientes y oxígeno a través del cuerpo. Al disolver y transportar vitaminas, minerales y proteínas, asegura que cada célula reciba los componentes necesarios para su funcionamiento óptimo. Asimismo, en buena medida la lubricación de las articulaciones es posible gracias al consumo de agua. De manera que previene afecciones como la artritis. (destacado)
¿Cuánta agua se debe beber al día?
Aun cuando no existe un criterio universal, existe una recomendación bastante avalada por expertos que se conoce como la "regla 8x8". Según se estima que los adultos deben consumir aproximadamente 2 a 3 litros de agua al día, lo que equivale a 8 vasos de 8 onzas (unos 240 ml cada uno). No obstante, esto depende de la edad, el peso, la actividad física y el clima. De manera que lo ideal es estar pendientes de las alertas que puede lanzar y llevarla siempre como compañera inseparable.
