Durante el verano solemos prescindir de ciertos alimentos que son indispensables en nuestra alimentación y que constituyen la base de una dieta saludable y equilibrada. El pan, por ejemplo, tiende a restringirse y muestra de ello son los datos de consumo que presentó ASEMAC y entre los que se desveló que se come 2,5% menos respecto a 2016.
Desmontando mitos sobre el consumo de pan
La harina de trigo apenas contiene grasa, por lo que el contenido graso del pan es muy bajo (entre 1 y 3 gramos por 100 gramos, dependiendo del tipo de producto). Las kilocalorías son casi iguales entre el pan blanco y el integral. Respecto a la fibra, las guías alimentarias aconsejan que la ingesta diaria esté entre 25 y 30 gramos, ya que 100 gramos de pan blanco e integral aportan 3,5 y 7,5 gramos de fibra respectivamente. Además, si tomamos como referencia la última encuesta elaborada por Pan Cada Día, vemos que casi un 34% de la población aún piensa que el pan engorda y casi un 40% que el pan blanco aporta más calorías que el integral.
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Por otro lado, destacar que este alimento, además de ser un alimento indispensable se le considera una de las fuentes principales que nos ayudan a alcanzar, según los expertos, entre las 4 y 6 raciones diarias de hidratos de carbono complejos que nuestro cuerpo necesita para su funcionamiento diario.
La importancia de consumir pan en épocas como el verano
Al consumir pan, ingerimos diversos nutrientes que contribuyen a mantener nuestra salud y bienestar, así como a equilibrar nuestra dieta. Concretamente, este producto, constituye una fuente importante de hidratos de carbono, siendo su componente más abundante el almidón, que proporciona al organismo parte de la energía que necesita. También, aporta una cierta cantidad de proteínas de origen vegetal, así como vitaminas hidrosolubles del grupo B y minerales como el fósforo, el magnesio y el potasio, además de hierro, calcio, yodo y zinc. Y todo esto, a partir de una de las formulas alimenticias más sencillas que se conocen: harina de trigo, agua, levadura y sal.
En definitiva, su versatilidad hace que durante el verano se pueda consumir con un plato tan sencillo como el famoso bocadillo, siempre teniendo en cuenta las intolerancias de cada uno y los gustos a la hora de elegir un buen acompañamiento. Este tipo de plato se ha hecho tan popular, durante el verano que puede formar parte de las cinco comidas diarias (desayuno, comida, merienda y cena).
Fuente: Panaria