La Berenjena: Secretos, propiedades y modos de elaboración

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Ivette Sedeño
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La berenjena es originaria del sur de la India, y al parecer no se cultivó en Europa hasta finales de la Edad Media, cuando fue introducida en Andulacía por los árabes. Es una planta de fruto comestible, generalmente anual, del género Solanum dentro de la familia de las solanáceas, y uno de los alimentos más versátiles de la dieta mediterránea.

Debe consumirse siempre cocinada, pues contiene  solanina, una sustancia que puede ser muy tóxica.

Por sus propiedades, la berenjena resulta ideal para combatir el cáncer, el envejecimiento celular, las infecciones, virus y bacterias nocivas.

Berenjena: Beneficios que reporta para la salud

  • Ayuda a perder peso por su escasa cantidad de calorías  (21,2 kcal x 100 g), combate el exceso de grasas en el abdomen, es muy diurética y propicia la eliminación de toxinas. Además, tiene poder saciante, por lo que frena los deseos de comer.
  • Protege el sistema cardiovascular, pues los flavonoides que contiene reducen el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares crónicas.
  • Mantiene el colesterol controlado por su contenido en ácido clorogénico (un potente antioxidante que disminuye el exceso de lípidos en las arterias).
  • Evita la retención de líquidos y la inflamación por su carácter diurético.
  • Reduce el riesgo de padecimientos en huesos y músculos, como la artritis, debido al ácido fólico, las vitaminas y los minerales que contiene.
  • Los antioxidantes que aporta mejoran la memoria y la capacidad cerebral. Aumenta el flujo de sangre al cerebro, por lo que previene enfermedades cognitivas.

La berenjena es un vegetal que "no se lleva bien" con el frigorífico, ya que el frío daña fácilmente su composición, dando lugar a malos sabores y zonas de pardeamientos en muy pocos días. Debido a su versatilidad, permite elaborar muchísimas recetas, pero lo más importante es que conozcas cómo prepararla y evitar que le quede el amargor.

Para ello se debe cortar como establezca la receta a preparar y echarle un poco de sal encima. Luego, dejarla reposar por unos 30 min. Enjuagar cada trozo de la berenjena con abundante agua del grifo y asegurarte que no quede nada de sal. Secar las berenjenas con una toalla de papel o dejarlas escurrir en un colador por un tiempo. De esta forma quedarán listas para cocinar.

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Fuente: Revista Excelencias Gourmet No. 65

Credito
Ivette Sedeño