Último jueves de agosto, 31 de agosto, 2 de septiembre o 3 de este mismo mes son algunas de las fechas en las que suele encontrarse información sobre la celebración dedicada a la variedad de uva: Cabernet Sauvignon, “la reina de las cepas tintas”.
Se dice, además, que los vinos elaborados con esta variedad son un clásico que nunca pasa de moda. Si prefieres vinos tintos de coloración muy intensa, muy ricos en tanino y de gran cuerpo, el Cabernet Sauvignon es para ti.
Aunque el origen del festejo internacional de esta fecha se sitúa en Estados Unidos, el origen de la uva, una de las variedades más plantadas y conocidas en el mundo, se sitúa en el sudoeste de Francia en la región de Burdeos.
De acuerdo a estudios científicos esta uva es producto de una mutación botánica natural ocurrida en algún momento del siglo XVIII. Un fenómeno de la naturaleza tuvo lugar entre un cepaje tinto, Cabernet Franc, y uno blanco, Sauvignon Blanc; el resultado fue la uva Cabernet Sauvignon y a partir de allí se transformó en la reina de las tintas a nivel internacional.
"El Cabernet Sauvignon lo hizo Dios y el Pinot Noir lo hizo el diablo", frase dicha por André Tchelistcheff, un famoso enólogo californiano.
Algunas de sus principales características son: