Cinco destinos imperdibles de América para vivir una experiencia enoturística inolvidable

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Martha Señan Hernández
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enoturismo

En la era postpandémica el enoturismo muestra una demanda progresiva, pues los viajeros buscan más experiencias al aire libre, sobre todo en zonas rurales. La tendencia ascendente que venía registrando esta modalidad en los últimos años se vio interrumpida a causa de la COVID-19; pero ahora se evidencia su recuperación, al ubicarse entre los segmentos más solicitados y valorados.

La remontada es palpable en países como España, donde el gasto medio del enoturista en las Rutas del Vino es superior al del turista extranjero y el nacional. Entre el segundo semestre de 2020 y el primero de 2021, también aumentaron el tiempo de estancia, las pernoctaciones y el nivel de satisfacción de los visitantes, considerado uno de los más altos de entre todas las propuestas turísticas que se pueden disfrutar en la nación ibérica Tanto la primacía de los entornos rurales y menos masificados, como la diversidad de actividades que pueden planificarse en esos espacios, atraen de manera creciente a quienes privilegian entre sus motivos de viaje el contacto con la naturaleza en escenarios sostenibles y seguros, donde hay menos concentración de turistas.

El enoturismo surgió en Europa hace ya dos siglos. También conocido como turismo enológico o turismo del vino, consiste en viajar a una zona vitivinícola para conocer este mundo desde dentro: las bodegas, los viñedos, el proceso de elaboración y las características de cada vino, en el mismo lugar donde se producen y con quienes son respon sables de ello. Quienes optan por esta alternativa, pueden experimentar aromas, sabores y cuerpo de vinos exquisitos, orientados por expertos guías y sommelieres; además de apreciar la grandeza de las plantaciones, degustar las cepas en centenarias cavas y recorrer antiguas casas patronales.

Sugerentes y variados destinos atesoran el continente americano, para vivir una experiencia enoturística inolvidable. Excelencias le propone estas cinco opciones de lujo:

Destinos para el enoturismo

Chile

De norte a sur, la Ruta del Enoturismo en Chile comienza en la cercanía del desierto de Atacama, en las alturas de los valles de Elqui y Limarí, y se despliega hacia el sur por los valles de Aconcagua, Casablanca, San Antonio-Leyda, Maipo, Cachapoal, Colchagua, Curicó y Maule, hasta llegar al valle de Itata.

Este país ha mezclado la tradición y los valores que involucran la elaboración del vino con la entrega de una experiencia única para el consumidor. Cepas como Cabernet Sauvignon, Carmenere, Syrah, Pinot Noir, Sauvignon Blanc o Chardonnay son los trofeos de los viñedos chilenos. Sus sabores se diferencian sutilmente, dependiendo de la latitud donde se cultivan. Muy recomendados son los vinos Santa Digna, Manso de Velazco, Cordillera de Bodegas Torres, Casillero del Diablo, Amelia y Don Melchor, Bodegas Concha y Toro, entre otros.

Argentina

El éxito del turismo del vino en este país es fruto del compromiso y el trabajo conjunto de las instituciones públicas y privadas, de los sectores turísticos y vitivinícolas. Los vinos argentinos son reconocidos en toda la región, especialmente el tinto. Se destacan los varietales de Mendoza, donde también se produce el mejor espumoso del país. Conocida como una de las capitales internacionales del vino y la provincia con la mayor producción nacional, cuenta con más de mil bodegas que producen millones de hectolitros al año en una gama de variedades muy diversas. La gran extensión de tierras cultivadas en Mendoza, hace que sea necesario dividirla en zonas, pues sus características climáticas y altitud son distintas: Zona Norte (apta para blancos frutados y tintos jóvenes, Zona Este (es la de mayor producción), Zona Alta del río Mendoza (se dan todas las variedades, destacándose el Malbec) y Valle de Uco (zona de clima frío, donde los vinos se caracterizan por tener más acidez).

Uruguay

Cuarto país más importante en producción vinícola en Sudamérica, después de Chile, Argentina y Brasil. Sus vinos
tienen una larga tradición y son reconocidos en el mercado internacional.

Es el único productor mundial que cuenta con viñedos significativos en cantidades aún mayores que en su tierra nativa: Madiran e Irouléguy (sudoeste de Francia). En Uruguay, la superficie plantada de esta variedad representa un tercio de los viñedos. La uva Tannat es su portento, con un sabor duradero, elegante, dignamente tánico, si es criado en barril, son merecedores de catar.

La «identidad» obtenida con el vino Tannat abrió los mercados internacionales a otras variedades de vinos uruguayos como Moscatel, y en menor medida las variedades tintas Cabernet Sauvignon y Merlot, y las blancas Ugni Blanc, Chardonnay y Sauvignon Blanc. La Asociación de Turismo Enológico del Uruguay (ATEU) se fundó en 2005 con el fin de promover y desarrollar al sector enoturístico local. De esta organización nació «Los Caminos del Vino», que agrupa a las mejores bodegas familiares de Canelones, Montevideo, Maldonado y Colonia y es cada vez más elegida por miles de personas.

México

Auténtico, con vinos armoniosos y cálidos, México cuenta con viñedos en varios estados. Uno de ellos es Baja California, una de las zonas que obtiene cosechas con mayor calidad debido a su clima. Mención especial merecen los viñedos de Ensenada. Las principales vinícolas de Baja California son: L. A. Cetto (con un Petit Shiraz interesante), Monte Xanic, Pernord Ricard, Santo Tomás y Casa Pedro Domecq.

En el Estado de Coahuila el desarrollo de esta industria es muy conocido, ya que varias vinícolas tienen allí sus instalaciones; por ejemplo: Casa Pedro Domecq y Casa Madero, con su visitado Museo del Vino. Además, en ella se ubica la llamada Casa Grande, donde los visitantes pueden hospedarse, aunque no es un hotel tradicional. Los viñedos se localizan en tres zonas fundamentales: Arteaga, Parras y Saltillo

En Querétaro los dos municipios con mejor clima para la producción de uva son Tequisquiapan y Ezequiel Montes. Vinos Hidalgo y Freixenet de México se reconocen como las principales vinícolas.

Aguascalientes, con las vitivinícolas La Bordalesa y Dinastía, que tiene, además, un interesante museo del vino; Sonora donde se encuentra ubicada la Casa Pedro Domecq, reconocida a nivel mundial, con una gama de vinos muy su gestivos; y Durango, con la compañía vinícola del Vergel, como la productora de vinos más relevante, completan el mapa vinícola del país.

Estados Unidos

Sus principales regiones vinícolas son la costa oeste (la mayoría de la producción se lleva a cabo en los estados de California (destino eonoturístico por excelencia de Estados Unidos), Washington y Oregón), región de las Montañas Rocosas (principalmente Idaho y Colorado) y el suroeste de Estados Unidos (sobre todo Texas y Nuevo México).

De este a oeste no debe dejarse de visitar el Russian River Valley, un Área Vitícola Americana (AVA) en el condado
de Sonoma, California, conocida por su éxito con las varietales frescas, especialmente Pinot noir y Chardonnay. También debe estar en esta ruta Charlottesville, Virginia, donde el circuito vinícola de Monticello, el principal de esta zona, no solo atesora una historia fascinante y viñedos de más de 300 años; sino que además se encuentra enclavado en la espectacular Cordillera Azul.

El valle de Napa, California, es la región de Estados Unidos con la mayor concentración de bodegas —más de 400. Gracias a las favorables características climáticas, así como a la riqueza de su suelo y diversidad geográfica, esta zona produce una gran variedad de vinos y es considerada como una de las mejores regiones enoturísticas del mundo. Es famosa por sus variedades de Cabernet Sauvignon y Chardonnay.

Mientras Fredericksburg, en Texas, aunque menos conocido en el mundo del enoturismo, va haciendo un lugar entre los mejores destinos del país. Cuenta con algunos de los viñedos más extensos de Estados Unidos y espectaculares paisajes. Becker Vineyards destaca como una de las más antiguas bodegas y con una historia fascinante. Algunas de las variedades que atraen la atención internacional son sus Chardonnay, Albariño, y Petite Shirah.

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Martha Señan Hernández