Barrica, elemento clave en la vinificación

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Cristina Ybarra
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barrica

La barrica es un recipiente de madera, generalmente de roble, utilizado en la vinificación para la crianza y el almacenamiento de vinos. Su uso no solo influye en el sabor y aroma del vino, sino que también afecta su textura y complejidad. Existen varios tipos de barricas, cada una con características particulares que aportan diferentes matices al vino. 

Barricas de roble

El roble es la madera más utilizada en la fabricación de barricas debido a sus propiedades únicas. Dentro de esta categoría, encontramos varios tipos de roble.

Roble francés: este tipo de roble es conocido por su grano fino y su menor porosidad, lo que permite una oxidación más controlada. Los vinos envejecidos en barricas de roble francés suelen tener notas más sutiles y elegantes, con aromas de vainilla, especias y frutas rojas.

Roble americano: con un grano más grueso y una mayor porosidad, el roble americano tiende a impartir sabores más intensos y dulces al vino, como coco, vainilla y caramelo. Es comúnmente utilizado en la producción de vinos de California y en algunos vinos de postre.

Roble húngaro: este tipo de roble se ha vuelto cada vez más popular en la vinificación europea. Ofrece una mezcla entre las características del roble francés y americano, proporcionando un perfil de sabor equilibrado y una buena relación calidad-precio.

Barricas de diferentes tamaños

El tamaño de la barrica también influye en la crianza del vino. 

Barrica Bordelesa (225 litros): este es el tamaño más clásico, utilizado principalmente en Burdeos. Su tamaño permite un equilibrio adecuado entre la superficie de contacto del vino con la madera y el volumen total, favoreciendo una crianza armoniosa.

Barrica Burgundesa (228 litros): similar a la bordelesa, pero con un diseño ligeramente diferente. Las barricas burgundesas son populares para la crianza de vinos tintos y blancos en la región de Borgoña.

Foudre (de 500 a 1,500 litros): estas barricas grandes son usadas en algunas regiones de Francia y permiten una crianza más sutil, ya que la relación entre el vino y la madera es menor. Son ideales para vinos que buscan mantener su frescura y fruta.

Barricas nuevas vs. usadas

Barricas nuevas: estas barricas aportan la mayor cantidad de compuestos aromáticos y sabores al vino. Se utilizan normalmente en las primeras etapas de la crianza para vinos que desean una mayor influencia de la madera.

Barricas usadas: con el tiempo, las barricas pierden su capacidad de impartir sabores intensos. Las barricas usadas son ideales para vinos que buscan una crianza más sutil, donde la fruta del vino sea la protagonista. Son especialmente apreciadas en la producción de vinos de alta gama, donde se busca un equilibrio entre la madera y la fruta.

Barricas de diferentes tratamientos

El tratamiento de la barrica también afecta su influencia en el vino. Algunas barricas son tostadas en su interior, lo que añade sabores de vainilla, chocolate y especias. La intensidad de este tostado puede variar desde un leve ahumado hasta un tostado intenso, dependiendo del estilo deseado por el enólogo.

 

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Cristina Ybarra