Aunque ciertamente Japón no es el país más indicado para hablar de Navidad, allí no se pasa por alto la celebración. Eso sí, tiene sus propios matices. En lugar de pavo, cerdo o pollo asado, los nipones eligen el pollo frito de la cadena de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC). Pero ¿cómo llegó esta tradición a colarse entre lo más típico de la tierra del sushi y el ramen para estas fechas? Te lo contamos todo.
Luces, parejas y pollo frito
Lo primero y más curioso es que la fecha ni siquiera es festiva. Y es que solo el 1-2% de los japoneses son cristianos. Por tanto, la fiesta tiene un carácter más bien laico, similar a San Valentín. De hecho, se estila que las parejas intercambian regalos y disfrutan de cenas especiales. Ahí es donde viene la peculiaridad.
La idea del pollo frito comenzó en 1970, cuando Takeshi Okawara abrió el primer KFC en Nagoya. Por aquella época, la Navidad aún era un concepto exótico en Japón, por lo que la cadena se lanzó bajo el eslogan de “Kentucky for Christmas”, como atractivo a los turistas que buscaban pavo para celebrar la festividad.
Jugaron también con la similitud de la receta con el "karaage" de panko, un plato tradicional. Así, sin dejar lo "exótico" el pollo de KFC resultó familiar.
Lo que creó el marketing se instaló para siempre en las rutinas de la fecha. En los 80,en particular se pusieron de moda los "party barrels" los cuales incluyen piezas de pollo, guarniciones y postre. Al punto de que hoy KFC vende entre cinco y diez veces más que cualquier otro día del año.
Así que si creías que el país del Sol naciente “se libraba” de rituales esta Nochebuena, pues, todo lo contrario, se agencian una de las más peculiares.
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