
Nadie duda ya de que las tapas son uno de los grandes patrimonios que hay en España, y es algo que se ha exportado al mundo entero. Y no hablo solo de comida en pequeñas porciones, sino de una costumbre muy arraigada entre los españoles de reunirse en los bares y tabernas para socializar, mientras se disfruta de varias rondas de comida y de bebida que acompañan, en este caso, a la conversación.
En definitiva, se trata de una verdadera cultura de las tapas o de “tapeo”. Por eso en 2018, la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural de España inició los trámites para solicitar a la Unesco que esta tradición, tan representativa de nuestra identidad cultural, sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El origen de las tapas
Volviendo a las tapas, lo cierto es que se están poniendo más de moda que nunca en todo el mundo, aunque ya son varios los años que llevan ganando fama dentro y fuera de nuestro país.
Su origen es español, y se sitúa en tiempos de Alfonso X el Sabio y en su recomendación de no servir bebidas alcohólicas si no era con el acompañamiento de algo de comida, para mitigar los efectos del alcohol. Isabel la Católica ya aconsejaba esta costumbre entre los sacerdotes, y Carlos III lo hacía entre los militares.
Quizás el origen de la palabra puede estar en Alfonso XIII: en uno de sus viajes a Andalucía, le sirvieron un vaso de vino “tapado” con un platillo de jamón o de queso; la segunda vez, al ver que solo le servían el vino, dijo: “¿Dónde está la tapa?”.
Esta costumbre de “tapar la comida”, también se asocia con evitar que el polvo o los insectos cayeran en la bebida. E, incluso, los escritores Cervantes y Quevedo hacen alusión al hecho de servir productos salados como embutidos, aceitunas o frutos secos, que provocaban sed e incitaban a la bebida.
Una costumbre adaptada a cada región
Esta costumbre, que ya forma parte de una auténtica cultura y un estilo de vida, se vive de forma diferente en cada región de España. Mientras en Andalucía, la tapa es un acompañamiento de la bebida, en el País Vasco los protagonistas son los “pintxos”, y luego se eligen las bebidas. En Madrid, la gente va a los bares a tomar cañas y tapas (o aperitivos).
Y algo curioso es la tradición de ir de bar en bar, tomando una tapa y una bebida en cada uno, como si de una ruta gastronómica se tratara. Al final, no deja de ser una excusa para socializar y para disfrutar de la gastronomía en compañía.