McDonald's a la pista, digo, a la vista. Se llama McSki, y es el único al que para llegar deberás poner en práctica el patinaje sobre hielo. Está justo en la estación de esquí de Lindvallen, en la localidad sueca de Sälen. Lejos de fachadas coloridas, carriles para coches o grandes estacionamientos, el local se integra en el paisaje invernal como si fuera un auténtico refugio alpino.
No obstante, no es una apertura nueva, sino que tiene ya una historia de casi 30 años. Cuando abrió sus puertas lo hizo con una idea tan sencilla como innovadora: adaptarse a las costumbres locales. Y es que en un país con más de un centenar de estaciones de esquí, sonaba muy lógico apostar por un sistema de recogida comparable al drive-thru, pero pensado para clientes que llegan con esquís en lugar de ruedas.
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¿Cómo se pide un McDonald's en la nieve?
La idea es que los visitantes se deslicen hasta una pequeña trampilla situada junto a las pistas, realicen su pedido sin quitarse el equipo y continúen su descenso con hamburguesa en mano. Por supuesto, la vida de McSki se limita a la temporada de esquí. Cuando acaba el invierno, el local cierra hasta la siguiente nevada. De ahí que tenga también un carácter exclusivo. De hecho, durante los meses de frío, resulta uno de los puntos más concurridos por esquiadores.
En cuanto al menú, no hay grandes sorpresas: Big Macs, hamburguesas con queso, papas fritas crujientes y McFlurrys conviven con una amplia oferta de bebidas calientes. El McCafé cobra especial protagonismo, con chocolate caliente, capuchinos, donuts, macarons y muffins de Oreo.
La estética sí que se inspira en el paisaje que lo rodea, donde predomina la madera, bancos largos y amplias vistas a las pistas circundantes. Además, el local dispone de soportes para esquís y cascos, tanto dentro como fuera.
El McSki se ubica a unas cinco horas de Estocolmo y cerca de la frontera con Noruega.