La inclusión es una cuestión necesaria en todos los ámbitos. Disfrutar de la gastronomía es un derecho de todas las personas, por lo que la incorporación del sistema braille en las botellas de vino es una tendencia que debería ser de lo más usual en el sector vitivinícola. Cada 4 de enero se conmemora el Día Mundial del Braille, para ensalzar la comunicación escrita de las personas invidentes y con ello la inclusión de ellas en todos los ámbitos, como la gastronomía.
Lee también: Gastronomía accesible, donde todos son bienvenidos a la mesa
La importancia del braille en la elección de un producto gastronómico
Disfrutar del vino es un placer multisensorial. Beberlo es un deleite gustativo como ningún otro para los amantes de la bebida. Sin embargo, para elegirlo en el lineal de un mercado no solo nos regimos por el sabor y el olor, ya que todavía no podemos acceder a ellos, debemos saber cuáles son las características del vino a la vista para decidirnos a comprarlo. En este caso, al tacto.
Gracias a la incorporación del braille a las botellas de vino, las personas invidentes pueden informarse sobre las variedades de uva, la cepa y la crianza. Sin embargo, el braille en las botellas no es una práctica demasiado extendida y tan solo basta con hacer una búsqueda en internet: pocos hablan de este tipo marcas y, si lo hacen, se trata de artículos salpicados por la web en la última década.
Mientras que la fabricación de envases de vidrio y otros materiales sí ha avanzado progresivamente durante los últimos años hacia un tema de sostenibilidad, del cual no hay duda de que sea necesario, la falta de un etiquetado inclusivo supone una barrera social que impide, en parte, una vida social y gastronómica completa para los invidentes.
En cuanto al vino, la impresión de los puntos del sistema braille en el propio relieve de la botella es posible y demostrable, pues tan solo debes acudir a la parte inferior del vidrio. En los bordes de la parte cóncava del material, la superficie se encuentra en un relieve de puntos, por tanto, ¿qué impide realizar esta impresión en la zona del etiquetado?
La legislación por la inclusión de personas invidentes en el mundo del vino
En 2022, el BOE publicó la ley 4/2022 de 25 de febrero, sobre la protección de los consumidores en situaciones de vulnerabilidad social, lo que obligaba a los proveedores al etiquetado en braille de los productos de consumo. Así, la industria del vino compone uno de los mayores distribuidores de este tipo de bienes y, sin embargo, es una de las principales excluyentes en el sector de la alimentación debido a que, aun habiendo entrado ya en el 2025, las botellas no se encuentran habitualmente etiquetadas con el sistema braille.
Esto supone que las personas invidentes no pueden gozar del vino de forma autónoma, se les excluye de eventos sociales y les impide gozar de independencia en cuestiones como el turismo gastronómico.
De todas formas, aun queda la esperanza de que, poco a poco, se desarrolle e introduzca un sistema de envasado y etiquetado de productos alimentarios que garanticen la inclusión a la misma vez que la seguridad y la calidad de vida de las personas invidentes, ya que según el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), el Gobierno tiene el plazo de un año desde la entrada en vigor de la ley para garantizar la accesibilidad universal a los bienes y productos de los consumidores invidentes. Esperemos que tan solo se trate retrasos burocráticos y no de un olvido estructural.