Punsch, el licor nórdico que conquista el invierno

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Maria Carrasco
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Punsch, el licor nórdico que conquista el invierno

Es bien sabido que los inviernos en Europa son duros, rodeados de exuberante vegetación verde y un fuerte clima continental, tan solo amainado por la presencia de grandes ríos que recorren el viejo continente de punta a punta. Sin embargo, los europeos continentales, especialmente los germánicos, saben cómo paliar este frío con Punsch, un licor utilizado para ponches calientes bien especiados y humeantes.

El punsch, junto al glühwein o vino caliente, son bebidas alcohólicas calientes muy afamadas en Finlandia, Suecia y Noruega, aunque también las toman en otros países como Austria y Alemania. El glühwein se trata de vino, con especias, mientras que el pusnch es el propio licor, que se añade al vino para crear un ponche caliente, lo que le confiere sabores dulces e intensos. Lo mejor: ambos se sirven, normalmente, en tazas navideñas o vasos de barro. Los ponches y vinos calientes son reliquias culturales de los tradicionales mercados navideños europeos. 

El punsch acompaña los mejores planes del invierno, por eso se adecúan al ambiente. Permiten disfrutar del aire navideño que inunda los últimos meses del año sin tener que pasar precisamente frío. Luces, bolas rojas y árboles muy decorados, acompañados de una buena taza de punsch, bienvenido a Europa. 

Remedio contra el frío y un poco de licor

Si quieres incluirte en la cultura báltica, tienes que quedarte a escuchar la historia de un licor de lo más popular entre la población más norteña. Se trata de un licor que trajo la Compañía Sueca de las Indias Orientales y se preparaba con cinco ingredientes esenciales: ron, azúcar, limón, agua y té. 

Llegó a Europa en 1733 para popularizarse entre los suecos como forma de socialización entre los soldados que volvían de la India. Tanto lo atrajeron que acabó por volverse tradición tomarlo, sobre todo en Navidad.

Licor de mundo y lenguaje universal gracias al vino

Punsch y glühwein no son bebidas de gusto de todos, pero sí son de lo más sociales. Hermanamiento y calidez entre el frío invierno europeo con una buena taza de Punsch.

Entre los países germánicos se popularizó gracias a que a alguna persona, se le ocurrió ponerle vino y crear un glühwein todavía más especial. Bolas rojas, luces doradas y varios grados bajo cero se preparan en una infusión de vino (2 litros), azúcar moreno (200 gramos), zumo de grosella (un litro), licor de cereza (300 ml), ron (200 ml), varias bolsitas de té negro y un par de ramas de canela.

 

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Maria Carrasco