¿Dónde guardar los alimentos?

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¿Dónde guardar los alimentos?

Conservar los alimentos es imprescindible para garantizar su durabilidad y calidad. No obstante, no todos llevan el mismo tipo de frío, algo que a veces se olvida y se somete a las comidas a desgastes o al riesgo de adquirir malos sabores e incluso descomponerse. ¿Dónde guardarlos entonces?


El Pescado: El pescado fresco una vez que está limpio, sin la tripa, se debe guardar en el frigorífico y en un recipiente cerrado para no dar olor a otros alimentos y a ser posible sobre una rejilla o un plato boca abajo para que escurra. Preferentemente hay que ponerlo en la parte superior del frigorífico que es la que se mantiene más fría, de todas formas el pescado conviene consumirlo en el día o como muy tarde al día siguiente.

La carne: La carne fresca debe conservarse en el frigorífico con la debida protección y en un recipiente impermeable para que no gotee sobre otros alimentos. Es conveniente situar la carne sobre una rejilla para que si se produce líquido permanezca separado. Si es realmente fresca puede conservarse hasta una semana, a excepción de la carne picada y la casquería (hígado, sesos, riñones, sangre, etc) que debe consumirse o cocinarse en el día.

Los congelados: Si compramos los alimentos congelados para conservarlos tendremos que tener como mínimo congeladores con puerta separada de la del frigorífico. El tiempo de conservación varía de unos a otros alimentos, así como los pescados pueden estar de dos a tres meses, mientras que la carne varía entre 12 meses la de vacuno y menos tiempo la de granja o la de cerdo. Hay que tener en cuenta que un alimento congelado no es el que está “duro”, sino el que se mantiene por debajo de los -18ºC, que es la temperatura en la que se mantienen los alimentos en los congeladores con puertas separadas.

Chacinas y embutidos: Cuando se compren cortados deben conservarse en el frigorífico.

Huevos: En los últimos años se ha extendido la costumbre de lavar los huevos antes de meterlos en la nevera, pensando que con ello se eliminaban los gérmenes como la salmonela causantes de diarreas y vómitos. Sin embargo, al lavar los huevos ocurre todo lo contrario, se lava la película protectora de la cáscara y con ello los gérmenes si los hay, entran con más facilidad al interior. Por tanto: ¡NO LAVE LOS HUEVOS! Deben guardarse en el refrigerador con la punta hacia abajo para impedir que la yema entre en contacto con la cáscara evitando así una posible contaminación. Es recomendable consumir los huevos antes de que pasen 15 días de la fecha de la compra.

Las grasas: Se deben conservar en lugar fresco. Las grasas sólidas, como la mantequilla, margarina o manteca de cerdo si hace calor deben guardarse en el frigorífico para que no se fundan. Para evitar el enranciamiento de forma especial en los aceites, deben conservarse en recipientes bien cerrados que eviten en lo posible su contacto con el aire. La luz puede alterar también sus propiedades, por lo que es conveniente guardarlos en lugares oscuros o bien envasados en latas que impidan que la luz llegue al aceite.