Con una jornada con carácter de exhibición y degustación, en presencia de 25 casas de bebidas, las bodegas argentinas intentan demostrar las bondades de sus vinos en Francia, país donde los caldos de este país tienen cada vez más aceptación.
Ciro Herrera, de la firma El vino argentino, dijo a Prensa Latina que si bien la región de Mendoza y los Malbec son los productos más seductores para los franceses, hay bodegas como las de Bianchi y Fin del Mundo que llaman la atención.
"Creo que a pesar de la crisis económica y de ciertas desventajas cuando tuvimos nuestra devaluación de la moneda, estamos posesionándonos bien en Europa, con alto nivel cualitativo y precios de competencia", consideró.
Al margen de la eterna disputa de Francia con Italia, además de España, no hay dudas de que California tiene con frecuencia resultados impresionantes en sus producciones, Chile goza de prestigio y Argentina anda en fase de expansión, añadió Herrera.
La cepa Torrontés, considerada la única autóctona de Argentina y consagrada a los vinos blancos, también despertó el interés de catadores e invitados al encuentro. Uno de ellos, oriundo de Salta de los años 1700 es promovido por Neca SARL.
Su gerente, Else Bliekast, opinó que siempre hay espacio en Francia para los vinos de rango y al igual que Bodegas Luigi Bosca-Familia Arizu, los de Mendoza logran el favoritismo, sin olvidar a Salta, La Patagonia, San Juan, La Rioja y Catamarca.
"Nuestra variedad es para todos los gustos. Los vinos son como los colores y unos alcanzan más espacios en dependencia de su aceptación no sólo visual. En cualquier caso, Argentina puede vanagloriarse de sus marcas", apuntó Bliekast.
Argentina tiene una superficie cultivada de 229 mil 500 hectáreas, con la nota especial de poseer la mayoría de sus viñedos a 900 metros sobre el nivel del mar.
Sus sembradíos de vitis vinífera representan el 2,6 por ciento del mundo, es quinta en volumen de producción (un millón 67 mil litros al año) y sexta en consumo (844 millones de litros).
