Más allá de tener una buena imagen o de sentirnos bien delante de un espejo, mantener un peso equilibrado es en un aspecto importante para nuestra salud. En los últimos años el sobrepeso se ha convertido en uno de los problemas sanitarios más frecuentes en las sociedades desarrolladas. Sin ir más lejos, según el Instituto Nacional de Estadística, el 37% de la población adulta española padece problemas de sobrepeso y más del 18% alcanza los niveles de obesidad.
Lejos de las dietas milagro, la solución está en lograr un cambio en el estilo de vida, estableciendo un adecuado patrón de alimentación saludable. Según explica el Dr. Fernando Goñi, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Basurto (Bilbao), en el documento Papel del consumo de cerveza en el tratamiento dietético del obeso,a la hora de adelgazar “es necesario establecer una dieta equilibrada y sencilla de realizar, en la que no se deben restringir aquellos alimentos propios de nuestra cultura mediterránea”.
Esta cultura basada en una alimentación equilibrada de la que habla el Dr. Goñi puede ser algo relativamente sencillo dentro de casa, pero ¿qué hacemos con nuestros compromisos sociales? La mayoría de las personas que siguen una dieta creen que salir a cenar o tomar algo fuera de casaes un plan prohibido. Sin embargo, los especialistas aconsejan incluir dentro de la dieta aquellos alimentos y costumbres propios de nuestra cultura como las hortalizas, el aceite de oliva o la cerveza. Estar a dieta, o intentar mantener el peso, no significa tener que renunciar a la caña con los amigos. Esta bebida fermentada, compuesta por ingredientes naturales, forma parte de la Pirámide de la Alimentación Saludable y, por tanto, puede incluirse de manera moderada en nuestra alimentación (de 1 a 2 cervezas al día para las mujeres y de 2 a 3 para los hombres).
Como explica el Dr. Fernando Goñi en el manual “Cuida tu peso fuera de casa”, acompañar una caña de cerveza con una pequeña porción de comida puede ser una práctica saludable, siempre que se opte por alimentos bajos en calorías y pobres en grasas.Es decir, el problema no es tanto de las calorías que aporta la cerveza, sino de lo que “picamos” tomando esa caña. Además, la cerveza sin alcohol contiene tan solo 34Kl en 200 ml, (en el caso de las 90Kl de la cerveza tradicional), convirtiéndose en una buena opción para todo aquel que, pese a sufrir sobrepeso y seguir una dieta, quiera disfrutar del sabor de una caña.
Desmontando el mito de la barriga cervecera
De hecho, a pesar de la existencia del término “barriga cervecera”, diversos estudios científicos lo desmienten y concluyen que el consumo moderado de cerveza no provoca un aumento del peso. En concreto, según la investigación “Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal”, dirigida por la Prof. Dra. Ascensión Marcos, directora del Grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura, ni provoca alteraciones en el Índice de Masa Corporal.
Además, existen muchas pautas que pueden ayudar a prevenir la obesidad como limitar el consumo de grasas animales, comer más pescado que carne, repartir la alimentación en cinco ingestas o aumentarla actividad física. El objetivo es frenar las malas proyecciones de la Organización Mundial de la Salud, desde donde consideran que, hasta el 2030, la mayor parte de los países de Europa experimentarán un aumento del 30% en la proporción de personas con sobrepeso y con obesidad.
Fuente: Redacción Qcom.es