La polémica sobre si debe indicarse en el etiquetado las calorías del vino se ha reavivado esta semana después de que once países de la Unión Europea, entre los que se encuentra Suecia, que ocupa actualmente la presidencia, se mostraron a favor de que la medida fuera obligatoria y de aplicación inmediata.
Sin embargo, los grandes productores de vino como España, Portugal, Alemania, Grecia y Rumania se han mostrado a favor de esperar primero los resultados de un período de evaluación y de excepción de cinco años para el etiquetaje de calorías de las bebidas alcohólicas, incluido el vino.
Asombrosamente, Francia no se ha manifestado todavía en ningún sentido, a pesar de que la Confederación Nacional de Productores de Vino de Denominación de Origen de Francia (CNAOC) se opone vigorosamente a la propuesta de poner en la etiqueta el valor energético del vino.
Según CNAOC, las especificidades de cada territorio y de cada método de producción hacen que los vinos sean muy diferentes en su contenido en calorías de una región a otra.
