Las ostras son un plato tradicional de la Navidad francesa y el 'reveillon' (Año nuevo), por lo general servidas ‘au naturaleza’, sin ningún acompañamiento.
Este quizás sea el mejor modo de apreciar su sabor limpio, marítimo y la textura aterciopelada, usando el vino en sí mismo como un condimento.
Los vinos que mejor maridan para estos casos son los clásicos joven, como un Chablis siendo probablemente más conveniente para la festividad que un Muscadet y Picpoul de Pinet.
Un champán de verdad seco, fresco, mineral también es conveniente.
Si quiere beber un champán ligeramente más lleno o un Borgoña blanco con una porción de ostras, un poco de limón crea un apareamiento más armonioso. Estos vinos también trabajan mejor con platos que incluyen ostras cocinadas, como las ostras fritas en mucho aceite.
Si está en el hemisferio sur puede acompañar sus ostras con condimentaciones como el cilantro y hasta chiles, que conducen más en la dirección de un blanco picante en cuyo caso iría bien algo así como un Verdelho, un Pinot Grigio e incluso un buen Sauvignon Blanc.
