El ron Varadero con su imagen renovada mantiene los surtidos Silver Dry, 3, 5, 7 y 15 años.
Fiel a sus orígenes y a la centenaria tradición ronera de Cuba, transmitida por varias generaciones, pero ahora con una imagen renovada y aires de modernidad, botella robusta personalizada, etiqueta estilizada y mejor visualidad del líquido, reaparece el preciado Ron Varadero.
Merecedor de varios premios y reconocimientos, el ron Varadero con su nueva imagen preserva los identificadores visuales característicos de la marca y mantiene los surtidos Silver Dry, 3, 5, 7 y 15 años, pero con la intención de, en dependencia de las solicitudes y requerimientos del mercado, crear productos nuevos que enriquezcan la gama de ofertas.
La recién concluida Feria Internacional de La Habana Fihav 2022 fue el escenario para la presentación de la actual imagen del Ron Varadero, ante la presencia de maestros roneros, clientes que han acompañado a la marca durante mucho tiempo y exportadores que hacen llegar este ron a sus respectivos países, en palabras de la Lic. Bárbara Idalme López, especista principal de Comercio Exterior del Departamento de Exportaciones de la Empresa Importadora, Exportadora de Bienes y Servicios Multiservi S.A., que representa la comercialización y exportación de los rones Caney y Varadero.
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Idalme López explicó que Deshidratados Habana, empresa del sector privado, concibió un tipo de snak basado en una mezcla de coco, piña y pasa, especialmente diseñado para acompañar la degustación de este ron en un agradable maridaje.
Nacida en los años ´80 en Santiago de Cuba, por su nombre, se pensó en trasladar la marca Varadero a la región occidental de la Isla, justo a la ronera de Cárdenas, ciudad enclavada en el propio territorio de la más famosa playa de Cuba que le da nombre.
Una de las artífices principales del producto, Isabel Cristina Rivero Páez, de la ronera de Cárdenas, Aspirante a Maestra del Ron Cubano, explicó la secuencia del proceso de producción del ron de Cuba, que procede 100% de la caña de azúcar. Grosso modo, se parte de la fermentación alcohólica de una melaza, se destila para obtener un aguardiente fresco y se somete a diferentes fases de añejamiento en las cuales las transformaciones de los compuestos de la madera y del destilado dan vida a un nuevo producto en sabor, olor y color: un perfil típico del producto final. En el arte de mezclar, que distingue al ron cubano, regido por supuesto según especificaciones rígidas de calidad, se generan los surtidos específicos.
La Aspirante a Maestra Ronera condujo una cata comentada con el Varadero 7 años, un ron añejado, reconocido y premiado en eventos internacionales. Lo primero que destaca la experta es que en su aspecto tiene un color ámbar oscuro, limpio, transparente; se endulza el vaso y queda una cortina de lágrimas adheridas al vidrio, lo que indica que hubo un buen proceso de añejamiento en ese arte de hacer el ron. Los compuestos menos volátiles se quedan en el líquido y se van poniendo más densos.
Y va delineando la secuencia de la cata con delicadas pinceladas… en cuanto al olor, es intenso, notas almendradas y de madera; y ahora viene el sabor —el primer sorbo debe ser pequeño para endulzar las papilas gustativas—, se percibe un sabor dulce, ligero; el equilibrio armónico en sus componentes dice de buenos procesos de destilación y añejamiento, y el ligero picor es característico de los rones de la caña de azúcar. Como colofón, un añejamiento natural tradicional sin esencias ni colores, que lo distingue.