Los empresarios de hostelería españoles creen que, incluso planteando el mejor de los escenarios posibles, sus negocios no conseguirían recuperar hasta finales del próximo año 2021 o principios de 2022 los datos que habitualmente manejaban con anterioridad a la crisis sanitaria.
Es una de las principales y preocupantes conclusiones que se extraen de la reciente presentación del Anuario de la Hostelería 2020 de Hostelería de España —organización empresarial que representa a más de 270.000 restaurantes, bares, cafeterías y pubs de todo el país— realizada por los responsables de esta organización junto con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
La hostelería en 2019
- Los datos del anuario muestran que en 2019 la hostelería española se mantuvo por encima de los 315.000 establecimientos, que dieron empleo a 1,7 millones de trabajadores y con una facturación de 129.341 millones de euros, lo que representa en términos de VAB un 6,2% del PIB nacional. Un 4,7% procede de los servicios de restauración y un 1,5% del alojamiento. La evolución y tendencia en 2019 era positiva, facturando un 3,6 % más que el año anterior y con unas cifras de empleo que volvían a batir récord.
- Los bares son los establecimientos más numerosos dentro del grupo de restauración, aunque llevan varios años en descenso. Supone algo más del 57 % de los establecimientos del conjunto del sector hostelero y es el que presenta mayor heterogeneidad respecto a los locales que lo integran. Como en años anteriores, aunque descendieron en número, su producción aumentó, un 2 % hasta algo más de 37.000 millones de euros.
- Por detrás en volumen se sitúan los restaurantes, que sumaban en 2019 cerca de 81.000 establecimientos, con un crecimiento de un 2,3 % respecto a 2018. El grupo de colectividades y catering fue el único subsector que intensificó el crecimiento, hasta un 5,7 % y supone algo más de 18.000 locales. La producción de esta rama de actividad aumentó de forma destacada, un 8,7% respecto a un año atrás, hasta un total de 11.218 millones de euros.
- Dentro de la rama de actividad del alojamiento, con una relación muy directa con el turismo, el grupo de mayor peso son los hoteles —aunque en los últimos años, con los cambios en los hábitos de los clientes han ganado terreno los apartamentos y casas rurales, que les igualan actualmente en número— que han presentado una evolución de suaves crecimientos durante los últimos años, que se impulsaron en 2017 y 2018 por las buenas cifras del turismo. En 2019 se volvió a moderar el crecimiento, hasta un 1,1%, con un total de 16.792 establecimientos. Los apartamentos y casas rurales suponen el mayor avance del conjunto del grupo hostelero: un 6,1% respecto al año anterior. Los campings redujeron su censo un 2,1%, después de tres años consecutivos de aumentos.
La hostelería en 2020
- En el inicio de la crisis desaparecieron 400.000 empleos y 900.000 trabajadores se tuvieron que acoger a un ERTE. En los principales meses de cierre (abril y mayo), la facturación cayó por encima del 90%.
- Muchas empresas todavía no han visto viable la apertura de sus negocios y una parte de los ellos se verán abocados a cerrar definitivamente. De los 315.000 establecimientos que había en 2019 en el conjunto del sector hostelero, hasta un tercio del sector podría desaparecer al cierre de 2020, que supone alrededor de 100.000 negocios.
- Además, se apunta un descenso de la facturación respecto al año anterior superior al 50%, con pérdidas que podrían llegar hasta los 67.000 millones de euros. Asimismo, en el conjunto del año se prevé una pérdida de empleo de entre 900.000 y 1,1 millones de puestos de trabajo, entre directos e indirectos.
Las previsiones para 2021
Aunque dada la situación de incertidumbre es difícil hacer estimaciones para el año 2021, los análisis de los hosteleros muestran que pueden generarse dos escenarios posibles, dependiendo de que se produzca o no a una tercera ola, que supondría mayores restricciones, y de la evolución y efectividad de la vacuna:
- El caso más favorable plantea un escenario de mayor recuperación, con vuelta prácticamente a la normalidad, principalmente a partir de los meses de verano, con una mayor confianza tanto del cliente nacional como internacional con la consecuente mejora en la demanda, aunque con costumbres arraigadas como el teletrabajo y un mayor consumo en el hogar, debido al impulso de los servicios de delivery y take away. Además de la desaparición de una parte de negocios con menores recursos financieros, que no habrán podido soportar el pago de los alquileres y la falta de liquidez, así como el impacto una vez terminados los ERTE. Por todo ello, aunque habría una mejora respecto a 2020, las cifras de ventas todavía estarían lejos de las de 2019, que no se conseguirían recuperar hasta finales de 2021, principios de 2022.
- Y en el escenario más negativo, con mayores restricciones y retraso en la vacuna, así como falta de ayudas directas, se mantendría la fuerte caída de en torno al 50 % prevista para 2020.
Fuente: Diario de Gastronomía