Las propuestas veraniegas de Latasia

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Guillermo García de Benito
suspiro cítrico con cama de helado de chocolate blanco y fruta de la pasión

Los hermanos Sergio y Roberto Hernández presentan nuevas elaboraciones para el verano, con el propósito de añadir platos más frescos a la ya completa carta de Latasia. El carácter innovador ha sido siempre uno de los sellos de identidad de estos hermanos, y se refleja cada vez que presentan novedades en su carta.

Dos veces al año, la propuesta de Latasia se renueva, y que mejor época del año que el verano para hacerlo, con la posibilidad de añadir platos frescos o reinterpretaciones de algunos de sus platos clásicos. Un plato eminentemente veraniego, como es el ajoblanco, llega a la carta del restaurante con un toque particular: lleva un toque de pera y tomates cherry, los cuales, tras pasar por un marinado con soja, se secan ligeramente en el horno para potenciar su dulzura. Otra de las novedades es el tiradito de lubina, que es curado con alga kombu y se le añade un dressing japo a base de leche de tigre, yuzu y alioli de rocoto.

En el apartado de carnes son también varias las novedades que los hermanos han querido presentar. Una de ellas es la incorporación de un solomillo 100 % puro de bellota agridulce y su tallarín saltado, un platillo inspirado en el profundo conocimiento de Sergio de las cocinas peruana y chifa —unión de la gastronomía de Perú y China— con un delicioso toque ahumado. La otra incorporación cárnica es el churrasco en su jugo con robuchon de boniato asado, con un toque de parrilla y que se enriquece con jugo de carne asiático, fermento de soja y salsa de ostras. Los matices del boniato, sublimados gracias a una infusión de naranja y especias, terminan de redondear el plato.

Los fanáticos del dulce también podrán ver renovado su apartado predilecto. Se incluye, por ejemplo, ‘el suspiro crítico’, un helado de fruta de la pasión servido sobre una sopa de chocolate blanco y que se presenta acompañado de un bizcocho de cacao. También se introducen postres más tradicionales como la tarta de chocolate o la torrija.

Por petición popular, los hermanos Hernández han recuperado en su carta algunas de las elaboraciones que más gustaron al público en menús anteriores, como por ejemplo las mollejas en tres cocciones; el ají de gallina, de su primera carta, o el dumpling de pollo al ajillo. Como no podía ser de otra manera, permanecen inamovibles recetas que ya son clásicos del local, como su icónica ensaladilla —con bonito escabechado, camarones fritos y tobiko—; la parpatana pibil —corte graso del atún que rebajan con un contrapunto de piña asada y caramelizada—, el costillar o su emblemático kebab de buey anticuchero.

solterito thai de chipirones
Solterito thai de chipirones

 

La carta de vinos sigue siendo de gran calidad en Latasia, y es que más de un 70% de las referencias con las que trabajan son vinos con personalidad, de pequeñas bodegas, junto a otros clásicos que cuentan con una gran aceptación.

Para quien no lo conozca todavía, Latasia nace de la aventura personal de dos hermanos unidos por la pasión por la cocina local y por el interés en otras culturas gastronómicas, como la latinoamericana o la asiática. Consecuencia de ello nacía este restaurante que, 6 años después de su nacimiento, se conforma como un proyecto consolidado y referente de la cocina fusión en Madrid.

Así, los sabores de este restaurante son el resultado de un viaje por el mundo, de haber aprendido los sabores y las técnicas de lugares como Perú, Malasia, Filipinas o Azerbaiyán, entre otros, y que forman un tándem espectacular con la cocina tradicional española.

Pero este restaurante no ha sido el único proyecto de los hermanos Hernández durante estos años, ya que, en 2017, inauguraron en la zona de Campo de las Naciones el restaurante Taramara, que ejecuta platos algo más tradicionales, aunque sin renunciar completamente al componente exótico. En la misma zona, recientemente inauguraron su tercer local, la Taberna Moemia, donde también reflejan esa fusión local-viajera.

 

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Guillermo García de Benito