Bocata de calamares, ¿un clásico en la mesa o un mito urbano?

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Cristina Ybarra
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El bocata de calamares, un clásico de la gastronomía española, especialmente popular en Madrid, ha sido objeto de debate entre amantes de la comida y críticos culinarios. Este sencillo bocadillo, que combina calamares fritos con pan crujiente, ha conquistado a generaciones, pero ¿realmente merece la fama que tiene o está sobrevalorado?

Historia y tradición

El bocata de calamares tiene sus raíces en la tradición mediterránea de consumir mariscos. Aunque su popularidad se ha expandido por toda España, se le atribuye un lugar especial en el corazón de los madrileños. Se dice que se popularizó en los bares de la Plaza Mayor durante el siglo XX, convirtiéndose en un símbolo de la cultura local. Hoy en día, es común encontrarlo en menús de tapas y en bares de toda la ciudad, especialmente durante las celebraciones y festividades.

Sencillez vs sofisticación

Una de las principales características del bocata de calamares es su simplicidad. Consta de calamares rebozados y fritos, servidos en un pan, a menudo acompañado de alioli o salsa de tomate. Esta sencillez ha sido tanto su mayor virtud como la razón de las críticas. Para algunos, el bocata es una deliciosa representación de la gastronomía española, mientras que otros lo ven como un plato que carece de creatividad y sofisticación.

La comparación con otros platos típicos españoles, como la paella o el cocido, pone de manifiesto esta dualidad. Mientras que estos platos pueden ser elaborados y complejos, el bocata de calamares es directo y sin pretensiones. Algunos críticos argumentan que esta falta de complejidad puede hacer que el bocata se sienta sobrevalorado en comparación con otras opciones más elaboradas.

La experiencia gastronómica

Sin embargo, no se puede subestimar la experiencia de disfrutar un bocata de calamares en un bar tradicional, rodeado de amigos y de un ambiente animado. La combinación de sabores y texturas, junto con el contexto social, puede convertir un simple sándwich en un momento memorable. La frescura de los calamares, el crujido del pan y la satisfacción de saborear algo tan icónico crean una experiencia que muchos consideran inigualable.

¿Sobrevalorado o clásico?

La respuesta a la pregunta de si el bocata de calamares está sobrevalorado depende en gran medida de las expectativas de cada comensal. Para aquellos que buscan un plato simple y sabroso, puede ser una delicia. Sin embargo, para quienes prefieren una experiencia culinaria más elaborada, el bocata podría parecer una opción menos atractiva.

En última instancia, la gastronomía es subjetiva, y cada plato tiene su lugar en la rica variedad de la cocina. El bocata de calamares, con su historia y su tradición, sigue siendo una opción popular que, para muchos, representa más que solo comida; simboliza momentos compartidos y la esencia de la vida cotidiana en España.

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Cristina Ybarra