El dulce: encanto del fin de año

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Antonio Henríquez
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Postres-Navidad

Junto a familiares y amigos, en casi todos los lugares del mundo, es esperado el arribo de un nuevo año. Estas festividades no siempre coinciden en fecha, debido a que hay diferentes culturas o credos religiosos que marcan en distintas épocas el advenimiento de ese acontecer. Pero en cada caso, se acostumbra a celebrar dicho suceso mediante conmemoraciones y sus peculiaridades.

Los orígenes de estos festejos en el mundo occidental están relacionados, en la mayoría de las naciones, con la Navidad cristiana, que no solo abarca la convivencia familiar sino también quehaceres culinarios tradicionales y específicos en dependencia del país o hemisferio. Ello ha propiciado el surgimiento de la llamada gastronomía navideña, con disímiles platos típicos y la presencia de alimentos dulces, generalmente en forma de pasteles o de rollos.

El postre es el plato de sabor dulce o agridulce que cierra con «broche de oro» una buena comida. Cuando se habla de ellos, nos referimos a alguna preparación —cremas, tartas, pasteles, helados, bombones…— que complementa la satisfacción de los alimentos ingeridos. En muchos casos se planifican como una agradable sorpresa final, aunque también constituyen un complemento importante al aporte de nutrientes en la alimentación.

España se ha instaurado como la principal influencia en la gastronomía navideña tradicional de los pueblos latinoamericanos, sobre todo en lo referido a la repostería. Los imprescindibles turrones (principalmente el turrón blando o de Jijona y el turrón duro o de Alicante), los polvorones, dátiles y mazapanes, se unen armoniosamente a los postres típicos de cada país, haciendo las delicias de los comensales.

Asimismo, resulta infaltable en las mesas navideñas de Latinoamérica el panetón, descendiente directo del panettone de origen italiano. Con sus variantes, relleno de frutas tropicales y cremas, se ha popularizado incluso en países que se distinguen por su amplia gastronomía, como Brasil. Igualmente, lo encontramos en Perú, Paraguay y Bolivia, con el nombre de pan dulce o pan de Navidad.

Acompáñenos en este recorrido para conocer otros postres típicos y endulzarnos el paladar en el nuevo año

Postres para endulzar el paladar

• Argentina: Al ser verano, por lo general se consumen platos fríos, como ensaladas de frutas y helado. La tradición culinaria tiene muchas influencias italoespañolas, y suele servirse el panettone al final de las comidas navideñas, junto con una copa de sidra. También se sigue la costumbre europea de comer turrones y confituras.

• Chile: El helado es un postre habitual en las fiestas de fin de año, que en este país coinciden con el inicio del verano. Además, se consumen el pan de Pascua (bizcocho con frutos secos) y la bebida conocida como «cola de mono», a base de aguardiente, leche, café, azúcar y especias.

• Colombia: Una de las delicias de la mesa navideña colombiana es la clásica natilla. La variedad en su preparación, gusto y color está determinada según las regiones y las diferentes tradiciones en su elaboración. Algunas son más morenas, mientras otras tienen un apetitoso color ambarino.

• Costa Rica: Es muy popular el queque navideño, un budín o bizcocho dulce elaborado con harina, azúcar moreno, leche, mantequilla y huevo, que se rellena con frutas picadas, nueces, almendras, ciruelas pasas, ron y coñac. Igualmente, son muy consumidos el panettone, el roscón de reyes, el tronco de Navidad, las galletas navideñas, los bizcochos de maíz con queso y el flan con caramelo o dulce de leche.

• Venezuela: Los postres con que se celebran las fiestas de fin de año en este país son disímiles. Uno de los más frecuentes es el dulce de lechosa (frutabomba) con piña; pero no menos populares resultan la torta negra, elaborada con chocolate y frutas maceradas, y en varias regiones el cabello de ángel, para el cual se utiliza la calabaza de cidra.

Mientras los países latinos asumen las influencias junto a sus costumbres, Europa mantiene sus raigales tradiciones.

• Alemania: Los dulces y pasteles de Navidad son casi obligatorios, e incluyen mazapán, pan de especias (Lebkuchen), y otros tipos de panes como el Christstollen, cuya traducción literal en alemán es «túnel de Cristo». Este postre se cubre de azúcar glas y por su forma recuerda a un niño recién nacido envuelto en pañales.

• España: La gastronomía navideña suele basarse en platos con abundantes dulces. En las cenas de Nochebuena, Nochevieja, y la celebración del Día de Reyes, se destacan los turrones, dátiles, mazapanes (en sus múltiples variedades), pastel de gloria, pan de Cádiz y peladillas (almendras confitadas, muy afamadas las de la población valenciana de Casinos, donde también es habitual la elaboración de turrones artesanales, entre otros dulces). En la madrugada o mañana del día 1ro. de enero, se acostumbra a tomar chocolate con churros, bien sea en casa, en una churrería o chocolatería. El 6 de enero es una costumbre comer el roscón de reyes.

• Francia: Como postre se sirve el bûche de Noël, un pastel con forma de tronco cubierto de chocolate y relleno de crema o trufa. En Provenza también son una tradición los trece postres, en memoria de Jesús y sus 12 apóstoles (la cantidad y los tipos de dulces suelen cambiar según la familia o la región del país).

La gastronomía en cada una de las naciones tiene sus variantes: algunas mantienen sus tradiciones milenarias; otras evidencian la influencia histórica, resultado de conquistas y migraciones. Haciendo gala de esa diversidad culinaria, durante las celebraciones navideñas, de fin de año o año nuevo, todos se disponen a pasar unas dulces fiestas junto a los suyos y, para ello, nada mejor que el encanto que nos deja en el paladar un buen postre.

Credito
Antonio Henríquez