El primer día del año trae consigo “la vuelta a la realidad” para muchos. Llega el momento de empezar a poner en práctica el vision board, el no poder procrastinar más los tantos planes que cada lunes te prometías hacer y, por supuesto, temerle a la báscula. Y es que, en efecto, las fiestas de Navidad y Nochevieja son una tentación gastronómica en la que merece la pena caer.
Si eres de los que se excedió un poco en la cena, tampoco te agobies, como dice el refrán “una vez al año no hace daño". Para quienes sienten la necesidad de "depurar el cuerpo", les resultará familiar el concepto de dieta detox, cual milagro para equilibrar los excesos. Sin embargo, la ciencia cada vez más echa por tierra tus virtudes. Te contamos por qué, y cuáles son las mejores alternativas de dietas post fiestas para recuperarse de manera saludable sin someterse a restricciones extremas.
Primero, ¿qué es una dieta detox?
El término "detox" deriva de "desintoxicación" y responde a la idea de que el cuerpo necesita ayuda extra para eliminar toxinas acumuladas. La otra cara del asunto es que, ante ello, especialistas en nutrición y salud han coincidido en que supone un mito.
La razón es que ya contamos de forma natural con órganos altamente eficientes como el hígado, los riñones y el sistema digestivo, diseñados para depurar y mantenernos en equilibrio.
Entonces, ¿por qué siguen siendo tan populares? Transmiten la sensación de empezar "desde cero" además de estar concebida principalmente a través de alimentos, en principio, saludables como jugos verdes, aunque con restricciones calóricas extremas, que resultan en efectos contraproducentes. Algunas de sus consecuencias negativas suelen ser el aumento de los niveles de cortisol (hormona del estrés), provocar dolores de cabeza, dañar los riñones y huesos en los casos más extremos.
Alternativas saludables
1. Consume abundante agua: El agua es tu mejor aliada para combatir la retención de líquidos típica tras comidas pesadas. Así que ten cerca siempre una botella de agua y complementa la hidratación con infusiones como té verde, manzanilla o jengibre buenos para acelerar la digestión.
2. Elige alimentos ricos en fibra: Son recomendables las frutas, verduras preferiblemente crudas y cereales integrales como el arroz integral, el mijo, la quinoa, el amaranto, el trigo sarraceno. Entre sus principales beneficios figuran la regulación del tránsito intestinal y la satisfacción del apetito. Los batidos verdes, si bien no son mágicos, pueden ser una excelente opción para los desayunos.
3. Incorpora proteínas magras: Pescado, pollo o tofu vienen muy bien al menú, sobre todo para evitar ultraprocesados a la vez que se recupera energía sin sobrecargar tu cuerpo.
4. Nunca pero nunca te saltes comidas: Comer regularmente, empezando con un desayuno equilibrado y SIN desterrar a los hidratos de carbono(contrario a lo que muchos creen), eso sí, integrales, junto a alimentos ricos en fibra y probióticos (como yogur o kéfir), son un abc para cada jornada. Para la noche, elige algo liviano.
5. Ayuno intermitente: Para los más osados, pueden apostar por la versión 12:12, que consiste en comer durante un intervalo de 12 horas y ayunar durante las otras 12 (incluyendo las horas de sueño). Suele ser una estrategia funcional para regular el metabolismo durante la noche, sin comprometer la salud ni provocar hambre extrema.
6. Ejercita tu cuerpo. El ejercicio siempre es un complemento necesario para cualquier dieta. No olvides incluir un poco de actividad física como caminar o andar en bicicleta para apoyar los hábitos alimenticios. Esto no solo ayuda a quemar calorías, sino también a reducir los niveles de estrés acumulado.
No es complicado, es simplemente volver a las prácticas de consumo que deberían ser habituales para mantener un cuerpo y mente sanos. Ya verás como tu 2025 te lo agradecerá.
