El desarrollo sostenible y la dinamización económica de zonas vitivinícolas gallegas son los objetivos de este proyecto de distribución de Hijos de Rivera, ‘Viñadores do Atlántico’, por el cual la compañía respalda el trabajo de aquellas bodegas gallegas que apuestan por la recuperación de variedades de uva autóctonas, bajo prácticas responsables que garantizan un impacto positivo en su entorno.
La iniciativa, nacida en 2021, comenzó apoyando a dos bodegas de la Indicación Geográfica Viños da Terra de Betanzos, Bodega Casa de Beade y Bodega Rilo, en su tarea de recuperación de la variedad de uva ‘Branco lexítimo’, varietal en su día desaparecida por la que apostaron estas bodegas, y que no se reconoció como uva de vinificación hasta 2011.
En esta ocasión, el proyecto se centra en impulsar a la Bodega Ponte da Boga y su trabajo de recuperación de la variedad autóctona y ancestral, la uva Merenzao. Bajo el nombre de Caprichos, la bodega inició en 2007 un proyecto de recuperación de variedades olvidadas en la región, como es el caso de esta cepa. De hecho, Ponte da Boga fue pionera en la D.O. Ribeira Sacra en la recuperación de la Merenzao para su vinificación como monovarietal.
Esta uva autóctona, considerada progenitora de la conocida uva Mencía, se caracteriza por su delicadeza y sensibilidad, pero que a la vez proporciona vinos suaves y con notas florales y de frutos rojos, con aptitud para el envejecimiento. Un buen ejemplo de ello es el Capricho de Merenzao 2017, elaborado 100% con uva Merenzao, que ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales: Oro en la Guía de vinos y destilados de Galicia, 92 puntos Peñín, medalla de oro Decanter o bronce en el International WineChallenge.
De la misma manera, la Bodega Ponte da Boga, la más antigua de la Ribeira Sacra, se ha caracterizado siempre por su apuesta por la tradición, donde la recuperación del patrimonio vitícola, la valorización del entorno y la sostenibilidad son los faros que guían el cultivo y la producción, acompañándolo de investigación e innovación, siguiendo prácticas de viticultura responsable. Es por ello que realiza una tarea de recuperación de variedades casi desaparecidas y potencia la introducción de variedades autóctonas, como Brancellao, Sousón, Branco lexítimo o la propia Merenzao.
Así, Viñadores do Atlántico se enmarca en el Plan de Impacto Positivo de Hijos de Rivera, mediante el cual, a través del trabajo conjunto con sus aliados, la compañía une la protección y el orgullo por su origen y el cuidado del planeta con la protección de las personas, reforzando así su apuesta por el impulso de las economías y productos locales de zonas rurales.
En este sentido, la visibilización de zonas vitivinícolas de enorme riqueza y de la labor comprometida llevada a cabo por las bodegas seleccionadas contribuye al desarrollo sostenible y a la dinamización económica del medio rural.
«Fieles a nuestra naturaleza inconformista, en Hijos de Rivera seguimos trabajando en proyectos que ayuden a poner en valor la cultura de la tierra y que apoyen la generación de un mayor impacto positivo en Galicia», explica Aitor de Artaza de Hijos de Rivera. «Con Viñadores do Atlántico queremos tejer nuevas redes de colaboración con las bodegas gallegas para apostar por la recuperación de variedades autóctonas y subrayar el potencial enológico de las diferentes zonas vitivinícolas», añade.