La pandemia que hemos sufrido (y estamos sufriendo) va a alterar muchos hábitos y costumbres de los españoles, por supuesto en el mundo de la gastronomía, pero también en la forma de vivir. La gente se va a desplazar desde las ciudades, donde hay una mayor densidad de población, hacia zonas más despobladas donde el confinamiento puede ser menos riguroso y va a haber una mayor tendencia a visitar, e incluso a vivir y trabajar, en entornos rurales, en espacios más naturales y saludables.
En ese sentido parece lógico pensar que el turismo, sobre todo el nacional, va a cambiar un poco. Habrá una menor presencia de turistas en las clásicas zonas de veraneo o de descanso, que antes solían estar saturadas, incluso en las playas, donde puede ser difícil mantener la distancia social. La gente va a preferir ir a zonas más despejadas para estar en contacto con la naturaleza.
El turismo rural
Por tanto, y así lo está planteando la ministra Reyes Maroto, hay que apoyar y fomentar el turismo rural, el turismo de naturaleza y, por supuesto, el turismo gastronómico. Una de las grandes ventajas de visitar una zona rural o ganadera es que nos permite degustar alimentos de proximidad, producidos de una forma más solidaria, artesanal y, en muchos casos, ecológica. Sin duda, los alimentos recién cogidos de la tierra son mucho mejores que los que pasan horas o días en furgonetas y cámaras frigoríficas.
Por tanto, disfrutar de la naturaleza y de la gastronomía rural es, y será, una de las principales motivaciones para viajar de un lugar a otro.
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Agroturismo
Hoy en día está muy asentado, en España, el enoturismo, que nos permite visitar las bodegas y conocer la historia, la cultura y las costumbres que hay alrededor del vino. La Asociación Española de Enoturismo, que preside admirablemente bien José Antonio Vidal, agrupa a importantes entidades del sector del vino y se encarga de fomentar este tipo de turismo.
Naturalmente, el enoturismo es una gran motivación para trasladarse a las zonas rurales y vivir experiencias únicas pero, además, creo que ha llegado el momento de ir más allá y plantear la posibilidad de que los turistas puedan disfrutar del agroturismo. Así como viajamos a las zonas vinícolas para visitar bodegas, también podemos visitar almazaras y hacer oleoturismo. E igual de interesante es ver dónde se fabrica la cerveza o dónde se elaboran los quesos.
También visitar fincas agrícolas y explotaciones ganaderas, para ser testigos de cómo la tierra genera alimentos y cómo se alimentan y viven los animales de cuya carne disfrutamos luego en la mesa. Las posibilidades que ofrece el turismo rural son inmensas y muy enriquecedoras. Por tanto creo que es importante integrar, en el marco de la vida rural, el turismo rural, el agroturismo, que puede ser una motivación más para decidir dónde, cuándo y cómo queremos invertir nuestro tiempo de ocio.
Transición ecológica
Esta propuesta, además de afectar directamente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que dirige de una forma muy acertada Luis Planas, y al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, se enmarca de lleno en los objetivos del Ministerio para la Transición Ecológica. Hay muchísimos factores que afectan al medio ambiente y a la ecología pero, sin duda, uno de las más importantes es que la tierra y el agua sigan produciendo alimentos en el presente y en el futuro.
Apoyo al sector agroalimentario
El sector alimentario ha funcionado muy bien durante la pandemia. No hemos sufrido desabastecimiento ni escasez de alimentos en los supermercados y, gracias a la oleada de solidaridad que ha habido en España, las personas más necesitadas han podido recibir comida y bebida.
Ahora es el momento de apoyar al mundo agroalimentario, desde el sector primario al HORECA, los restaurantes, bares, tabernas, cafeterías y coctelerías. Y es una responsabilidad de los políticos y empresarios, pero también de los consumidores. Siempre que sea posible elijamos productos de proximidad, artesanos y ecológicos. Apostemos por las prácticas que fomenten el comercio justo y que protejan el medio ambiente para que, el día de mañana, podamos seguir disfrutando de los alimentos que nos da la tierra.
Fuente: Gastrocultura