En el Teatro Real de Madrid, con la asistencia de más de 900 personas, tuvo lugar el pasado lunes la celebración del 50 aniversario de los Premios Nacionales de Gastronomía.
La excelente idea de la Real Academia de Gastronomía de España, ha sido poner de relieve la importancia que esos reconocimientos han tenido en la evolución del sector en nuestro país durante medio siglo.
Los Premios Nacionales de Gastronomía nacieron en 1974, el mismo año en que se creó la Academia Nacional de Gastronomía (en una época en que la palabra “España” se sustituía por “Nación”).
Con el tiempo, pasó a ser Academia Española, más adelante Real Academia Española y, por último, Real Academia de Gastronomía (RAG), obteniendo la consideración de Corporación de Derecho Público.
Los primeros Premios Nacionales de Gastronomía
Recuerdo muy bien aquellos primeros Premios Nacionales. La entonces Academia Nacional de Gastronomía y la Cofradía de la Buena Mesa recibieron a los primeros ganadores, reconociendo el trabajo de los profesionales del sector gastronómico en España.
El más singular, porque no era en ese momento la personalidad más destacada ni el restaurante más conocido, fue el Premio al Mejor Jefe de Cocina de España, que se concedió a Juan Mari Arzak. El tiempo ha demostrado que lo merecía, y hoy, junto a su hija Elena, lo sigue mereciendo.
El de Mejor Director de Sala fue para Félix Rodríguez, del por entonces restaurante más popular y famoso de Madrid, Jockey.
La lista la completaban: Néstor Luján, a la Mejor Labor Periodística; la Guide Du Gastronomie en Espagne (de Raymond Dumay), como Mejor Publicación; y un Premio Especial a José Casamayor, del Hotel Real de Santander.
Sin duda, los últimos 50 años se caracterizan por conceder unos premios que, año tras año, han reconocido el talento y el buen hacer del sector en España.
En concreto, en lo que se refiere al Mejor Jefe de Cocina, los Premios fueron subrayando, de manera escalonada, todo aquello que los grandes chefs hacían en España, y que nos ha permitido convertirnos en líderes mundiales en gastronomía y en turismo gracias, en gran medida, al valor mediático de nuestros grandes jefes de cocina, empezando por Ferran Adrià.
La RAG y la Nueva Gastronomía
A lo largo de estos 50 años, la RAG ha acompañado un nuevo concepto de gastronomía, que ha pasado de ser el placer unos pocos privilegiados, a ser una de las actividades más importantes del siglo XXI. Una actividad que debe ser saludable, solidaria, sostenible y satisfactoria.
También ha impulsado otro aspecto fundamental, que rompió con el paradigma francés: la gastronomía va más allá de los restaurantes (incluso de aquellos que tienen estrella Michelin).
En España, la gastronomía abarca los cuatro eslabones de la cadena alimentaria, cosa que también ha puesto de relieve el actual Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
El primer eslabón es la producción agroalimentaria (la agricultura, la pesca y la ganadería). Luego, la industria, que da lugar a vinos, aceites de oliva, quesos, embutidos, conservas… También la distribución y el comercio.Y, en último término, la hostelería.
La RAG y las Academias Internacionales de Gastronomía
Hay que destacar que, en gran medida, gracias a la hoy Real Academia de Gastronomía de España, nació hace 41 años, en París, la Academia Internacional de Gastronomía.
También, la Academia Iberoamericana de Gastronomía, que se fundó en Sevilla hace 15 años. Y la Comunidad Europea de la Nueva Gastronomía, que se creó en Lisboa hace cinco años, impulsada por España, Polonia, Portugal y Suecia.
Para mí, es un orgullo que sea “Real” Academia, y haber podido ser su presidente a lo largo de 40 años. Hoy está en plena forma, gracias al impulso de su actual presidente, Luis Suárez de Lezo, antecedido durante 3 años por Lourdes Plana, y de su directora, Elena Rodríguez, quien ocupa el cargo desde hace más de una década.
Con este artículo quiero rendir homenaje a una institución que llevo en el corazón y a la que le deseo una larga vida. La RAG ha logrado ayudar a construir una gastronomía mejor, más abierta y plural, y ha planteado que no solo se coma bien, sino que la gastronomía debe contribuir con la salud de las personas, ayudar a evitar el hambre y la malnutrición en el mundo y garantizar que mares y tierras sigan dando alimentos a las próximas generaciones. Y, por supuesto, que debe ser un lugar de encuentro, de convivencia, de convivialidad y de amistad.
