“ME HE DE COMER ESA TUNA, AUNQUE ME ESPINE LA MANO”
El nombre científico de la Tuna es Opuntia ficus-indica, entonces surge una pregunta: ¿qué es “Opuntia”? Joseph Pitton de Tournefort , botánico francés quien vivió entre 1656 y 1708, viajó en su condición de profesor del Jardín de las Plantas de París, por todo Europa Occidental y sobre todo por los Pirineos buscando y describiendo todo tipo de plantas que llamase su atención, es así como llega al pueblo de “Opuntia”.
Opuntia fue un antiguo pueblo griego en la región de Leocrid, Beocia donde encuentra una planta con espinas, la misma que le recordó a la fruta que los españoles habían traído de América y que tenia un nombre raro de difícil pronunciación para los europeos de esa época, el gentilicio de los nacidos en Opuntia es “TUNO”, de ahí nace el nombre de esta planta y fruto llamado hoy “TUNA”.
La cultura azteca cuenta una hermosa leyenda sobre la aparición del “Nopal”, lo que para otros países es la Tuna: El Dios de la guerra Huizilopochtli (colibrí terrorífico), en busca de nuevos combates y terreno fértil para su reino abandona a su esposa Malinalxochiti ("flor de malinalli" - planta textil -), quien además de ambiciosa, era sacerdotisa y hechicera, y se rumoraba que usaba sus poderes para controlar a los animales. Ella, en medio del abandono y con mucho esfuerzo, crea un pueblo llamado el Reyno de Malinalco ("lugar donde hay malinalli"), con los años tuvo un hijo llamado “Nopil” (otros dicen Copil), quien creció escuchando día a día la historia del abandono de su padre Huizilopochtli. Por ello día a día creció un sentimiento de odio y un deseo de venganza por el abandono.
Cuando joven Nopil, tomo su escudo y fue en busca de su padre, quien enterado del deseo de hijo que quería vengar a su madre, mandó a sus emisarios y bajo artilugios lo engañaron y lo mataron. Extraen su corazón y por orden de su padre abandonan el corazón en los desiertos más pedregosos de México. Más al día siguiente vieron, sorprendidos, que donde antes habían sólo rocas desnudas y tallos secos, había brotado una hermosa planta, justo en el sitio de la sepultura: el corazón de Nopil se había convertido en el vigoroso nopal de hojas ovaladas y encarnadas flores. Es asi nace la fruta de Nopil.
En Perú, su nombre en muchas regiones alto andinas es Chumbo o Chunbo, se encuentra en todas las regiones alto andinas del Perú, las hay de todos los colores y son muy deliciosas. Así como los aztecas tienen su leyenda, para nosotros también tiene una “explicación” la aparición de esta deliciosa fruta y que no solo se usa la fruta, también la flor y sus hojas o “pencas”.
Los pétalos de la flor de tuna, mezclados con ají y paico tomaba el nombre de misk'ipa, era una especie de sazonador, condimento que da sabor y buen gusto a los alimentos o puede ser un alimento circunstancial.
Cuenta esta leyenda, que en el “Pocuy Quilla” (febrero en nuestro calendario) o mes de grandes lluvias, los ríos se habían desbordado y todos los caminos eran intransitables, cuando terminaron las lluvias, los sembríos habían sido destrozados y el agua era imposible de utilizarla y beberla ya que el color era oscuro porque los manantiales y ríos estaban muy sucios. La sed de los indios, así como de sus animales, era agobiante. Los indios se dieron cuenta que muy cerca de sus casas había aparecido una especie de árbol de hojas muy gruesas y con espinas y que en muchas de ellas había un fruto redondo con espinas y muy parecido a una piedra pequeña. Un anciano sabio, quitó las espinas de la hoja y sumergió esta en una “Chumbo o Chunba”, tinaja u olla redonda, llena de agua turbia y a los pocos minutos la hoja cual imán atraía a todas las impurezas y la dejó limpia y salubre. Saciaron su sed ellos y los animales y pelaron los frutos de mil colores y encontraron una pulpa llena de pepas pequeñas de exquisito sabor y sobre todo muy dulce. Este árbol toma el nombre de Pichaychumbo, (pichachikuy: quitar una mancha o suciedad del agua o vestido) hoy en algunos pueblos sigue llamándose “CHUMBO”.
Entonces no solo era una fruta o un excelente purificador del agua, sino que sus bondades medicinales son innumerables; aquí algunas de ellas:
- Ayuda a controlar y detener diarreas,
- Previene la osteoporosis,
- Regula la digestión,
- Ayuda a controla el nivel de azúcar en sangre,
- Favorece la eliminación de líquidos del organismo,
- Reduce el nivel de triglicéridos y colesterol