En una entrevista exclusiva con Grupo Excelencias, Miguel Monar, destacado chef ecuatoriano de La Perla del Pacífico, comparte su inspirador viaje en el mundo culinario hasta convertirse en un exitoso empresario gastronómico.
Miguel Monar ha llegado a lo más alto de la cocina ecuatoriana, pero no fue ni mucho menos un camino de rosas, su camino no estuvo exento de dificultades. Desde joven siempre quiso estudiar cocina, pero en aquel momento esta profesión no estaba tan valorada como lo está hoy en día y tuvo que decantarse por estudiar otra carrera. Más tarde empezó trabajando en un restaurante italiano de lava platos, después como lava ollas hasta que le ascendieron a jefe de cocina, desde entonces, ha estado solo, ha estado llegando a puestos de jefe ejecutivo.
“Cuando hablo con gente de gastronomía de Ecuador, yo ya lo he hecho todo[…] Como profesional ya he tocado techo confiesa Miguel Monar. La cocina ecuatoriana de vanguardia que se hace actualmente ya la hacía el hace 10 años, a hecho ferias, eventos, viajado por todo el mundo, dado charlas… Ahora tiene nuevos retos, nuevas inquietudes por cumplir. Se ha embarcado en el mundo empresarial con proyectos como Perla del Pacífico con el objetivo de que pueda expandirse no solo en Madrid, sino a nivel España y Europa
Uno de los retos más grandes a los que se enfrenta, es la importación de productos ecuatorianos en grandes volúmenes. Monar explica que adquirir estos productos no es fácil debido a las cantidades que necesitan, se cuentan por toneladas de camarón, plátano verde, atún, arroz… Muchas veces el producto ecuatoriano no puede llegar a estas cuotas de producción porque no tienen stock y deben recurrir a productos de otro origen. “Es una pena, porque siendo un país arrocero, no podemos tener aquí arroz de Ecuador. No se da la posibilidad. Nosotros estamos gastando actualmente, en el grupo, cuatro toneladas de arroz al mes y tenemos que traer arroz de China”.
En la Perla del Pacífico cuentan con certificados de calidad y certificados de de seguridad sanitaria que prueban que son una empresa segura en cuanto a la manipulación y elaboración de los alimentos, incluso invitaron a la embajada de Ecuador a sus instalaciones para que ellos mismos pudieran comprobar y validar estos certificados. Sin embargo, en algunos restaurantes de Ecuador, sirven al consumidor productos que no están autorizados legalmente a entrar en el país con todo lo que eso conlleva, como la cadena de frío se rompa y el peligro que esto implica, “pero la culpa ya no es de los restaurantes, la culpa es del consumidor. Porque si el consumidor valora su salud, no debería consumirlo”, explica Miguel Monar.
Este año se celebra la segunda edición de la Ruta de la Tapa de Ecuador de la Perla del Pacífico, una ruta que fusiona la comida ecuatoriana con las tapas españolas . Los consumidores deben sellar el pasaporte en 3 Perlas diferentes al pedir su tapa, no se puede sellar más de una vez en cada Perla. Una vez que se obtengan los 3 sellos se debe pedir en el local el ticket y depositarlo en el ánfora para el sorteo de un billete de avión ida y vuelta a Sudamérica. ”Se ha convertido la fusión en coger cualquier salsa y echarle a un hornado y ya tienes una fusión. Entonces, estamos dañándole a la comida ecuatoriana”, comenta el cocinero, por eso, este concepto de fusionar la tapa con la comida ecuatoriana se basa en encontrar sabores ecuatorianos en formato pequeño, que es la cantidad justa para tomar con una caña de cerveza. La idea de la Ruta de la Tapa es que cada local proponga su tapa con recetas de Ecuador como patacón, plátano verde, muchín de yuca u hornado. La ruta de las Tapas “va dirigido 100% al público español” como gancho para que entren al restaurante, coman una tapa de camarón cocado o llapingacho y se queden con ganas de probar un poco más. “Lo que pasa siempre en estos eventos que hacemos. Nosotros hacemos este tipo de degustaciones y la gente se queda luego a comer”, concluye Miguel Monar.
Este evento no solo celebra los sabores auténticos de su tierra natal, sino que también ofrece una experiencia única para el público español. Este enfoque innovador no solo promociona los restaurantes de Monar, sino que también educa y enamora al público español con la fusión perfecta de la cocina ecuatoriana en un formato accesible y atractivo.
