Muchas personas consideran que controlar la ingesta de alimentos e incluso dejar de comer por completo es la mejor forma de perder las libras de más, sin pararse a pensar que al final están hipotecando su salud… y casi siempre manteniendo el mismo peso.
Hacer dieta es quizás una de las costumbres más extendidas en el ser humano para cuidar de su salud, máxime si ya tiene algunos años y ciertas libras de más.
Sin embargo, muchos son los que consideran a la palabra dieta como sinónimo de dejar de comer, e incluso de privarse por completo de ciertos alimentos, y no faltan los métodos que van desde ingerir grandes cantidades de agua hasta comer solamente vegetales, provocarse arcadas para devolver la comida o seguir las fases de la Luna, entre cientos de “recetas” infalibles.
Lo cierto es que, más allá de estas prácticas actualmente extendidas, la verdadera dieta humana no es más que equilibrar los nutrientes y energía que adquirimos al comer, en cantidades tales que permiten mantener las funciones del organismo en un contexto de salud física y mental.
Para ello no hay fórmula acabada o receta común, pues la dieta equilibrada es particular de cada individuo y se adapta a su sexo, edad y situación de salud.
Existen tres tipos de alimentos: los energéticos, los constructores y los protectores, y el secreto es tener un balance de ellos, porque cada uno de ellos tiene un aporte importante para el desarrollo del cuerpo humano.
Además, un verdadero estilo de vida sano no puede alcanzarse solo modificando el régimen de alimentación, también es muy importante hacer ejercicios físicos, dejar a un lado malos hábitos como fumar o ingerir en exceso bebidas alcohólicas, dormir lo necesario o evitar las situaciones de estrés excesivo, por solo citar algunas medidas.
En el caso de la alimentación, es necesario tener cuidado en no cometer algunos errores que ya se han convertido en mitos y cuasi patrones fijos de muchas “dietas”. Entre estas creencias perjudiciales están:
- Creer que el mejor modo de adelgazar es reducir tantos alimentos y calorías como puedas, algo que es totalmente insano, pues además de que priva al cuerpo de los nutrientes necesarios, este reaccionará aferrándose a sus reservas de grasa.
- Comer un solo tipo de alimentos, lo cual provoca una carencia de nutrientes esenciales para una buena salud y que se debilite el sistema inmunológico.
- Pensar que si no seguimos la dieta un día, al otro hay que privarse de más alimentos, o por el contrario es mejor dejar de una vez la dieta a un lado. Esta falsa creencia es errónea de ambos lados, pues basta con reajustar la ingesta calórica diaria para poder tomar pequeñas porciones de alimentos que no son gratos como dulces o helados.
- No comer nada entre comidas, que al final ocasiona el efecto contrario, ya que se llega con más hambre a la próxima mesa y la ingesta es mucho mayor. Es mejor tomar porciones pequeñas de frutas u otros alimentos sanos, pues los aperitivos también forman parte de una dieta.
- Dejar a un lado totalmente los productos lácteos, con lo que nos estaríamos privando de muchos nutrientes esenciales. Es mejor controlar la cantidad que consumimos y preferir los bajos en grasa.
En una buena dieta, no se debe comer ni mucho ni poco, la alimentación tiene que ser sencillamente “suficiente”. Además, tampoco se trata de “hacer dieta” durante un tiempo y luego retomar las viejas costumbres, ya que los patrones de alimentación sana deben mantenerse de por vida.
