Podríamos decir que la pizza es una de las elaboraciones universalmente más conocidas. Y es que, encontrar a alguien que no sienta predilección por este plato nacido en Italia es una tarea realmente complicada, casi tanto como no enamorarse de sus múltiples variedades. Es por ello que la celebración del Día Mundial de la Pizza no podía pasar desaparecida.
El motivo de esta celebración no es otro que la humilde duda de un presidente nacional, el de Islandia concretamente, quien allá por febrero de 2017 se cuestionaba en Twitter si la pizza debía llevar piña. A raíz de esta polémica fue cuando la UNESCO decidió declararla Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por lo que el 9 de febrero de 2017 se festejaba el primer Día Mundial de la Pizza.
Como curiosidad, Guðni Thorlacius Jóhannesson no se quedó únicamente en el lanzamiento de esta pregunta, sino que también aseveró que, si de él dependiera, prohibiría la pizza hawaiana. Se generó tanto revuelo con estas declaraciones que el presidente tuvo que aclararlas. “Me gusta la piña, pero no en la pizza. No tengo el poder para crear leyes que prohíban a las personas poner piña en su comida. Me alegra no tener ese poder. Los presidentes no deberíamos tener poder ilimitado”, explicó en su momento.
Volviendo a lo importante, que no es otra cosa que nuestro particular homenaje a la pizza, lo primero que debemos decir es que, si bien la conmemoración tan solo se celebra desde hace 6 años, para conocer el origen de esta elaboración tenemos que retrotraernos bastantes años atrás.
Cabe señalar, en primera instancia, que es muy difícil determinar el lugar y la fecha exacta del origen de este alimento, pero se suele relacionar inevitablemente con los primeros usos del pan. Y es que varios pueblos – el egipcio, el persa, el griego o el romano – ya usaban este alimento para elaborar una primigenia versión de la pizza, a base de ingredientes como queso, verduras o dátiles.
Pero el verdadero germen de la pizza hay que situarlo en el Nápoles del siglo XVIII, momento en el que el tomate se empieza a extender por tierras europeas. Nacería la pizza como un alimento de las clases más humildes, que utilizaban para esta elaboración el propio tomate, pan, queso, aceite de oliva, tocino y anchoas en salazón. También aparecería allí, en esta época, la conocida pizza marinara, que consta de ajo, tomate, orégano y aceite.
Un nombre relevante en toda esta historia es también el de Raffaele Esposito, considerado creador de la pizza moderna, y es que se cuenta que el cocinero le dedicó a la esposa del rey Umberto I, Margherita Teresa de Saboya, una pizza elaborada a base de representar los colores de la bandera italiana, con el rojo del tomate, el blanco del queso mozzarella y el verde de las hojas de albahaca en su decoración. De ahí, que esta pizza lleve el nombre de pizza Margarita.
La pizza fue poco a poco extendiéndose por toda la península italiana y en otras regiones se popularizaron otras interpretaciones de la pizza, como la romana, caracterizada por una masa más fina y crujiente – la de Nápoles es también fina, pero se hornea durante poco tiempo –.
Hoy en día, la pizza está presente en la gran mayoría de países del mundo, y son múltiples las interpretaciones que de este mangar se han creado. Existen infinidad de posibilidades a la hora de escoger los ingredientes de una pizza, y algunas de las más conocidas son la carbonara – integrada por ingredientes con los que tradicionalmente se elabora la salsa carbonara, como el huevo, queso parmesano, sal y pimienta – la cuatro quesos – cuya receta original lleva queso fontina, queso gorgonzola, queso parmesano y queso mozzarella – o recientemente, la hawaiana, la polémica pizza con piña amada por unos y odiada por otros.
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Así, la pizza ha traspasado fronteras, y con ello ha visto como su receta se iba modificando e iba integrando nuevos productos y procedimientos. Una de las interpretaciones más famosas es la estadounidense – consecuencia principalmente de la numerosa emigración de italianos al país norteamericano -, la cual se caracteriza por la esponjosidad de su masa y la amplia presencia de quesos y salsas.
En este sentido, hay que entender que lo saludable y nutritiva que pueda llegar a ser una pizza depende, en gran medida, de su procedencia y de los alimentos que se hayan usado para elaborarla. Una pizza de las que se elaboran en Estados Unidos, con una gran cantidad de queso o salsas, siempre va a ser menos saludable y más calórica que la tradicional italiana, con los ingredientes integrados en su justa medida.
3 curiosidades sobre la pizza
1. El récord Guinness de la mayor pizza del mundo lo posee Pizza Hut, récord que fue batido hace tan solo unas semanas con una ingente pizza construida en el espacio del Centro de Convenciones de Los Ángeles. Esta mide 4.264 metros cuadrados y de ella se pueden extraer hasta 68.000 porciones. De hecho, para su elaboración se necesitaron 6.192 kilos de masa, 2.244 kilos de salsa de tomate, 3.992 de queso y 630.496 rodajas de pepperoni.
2. El maestro pizzero italiano Renato Viola fue el creador de la pizza más cara del mundo, la bautizada como "Luis XIII", que cuesta la friolera de 8.300 euros. Al precio de los productos con los que se prepara – langosta, mozzarella de búfalo, tres tipos de caviar, squilla mantis y sal rosa australiana – hay que añadir que es el propio chef el que se desplaza para entregar la pizza a sus clientes.
3. En 2021 en Lyon, Francia, crearon una pizza de 834 quesos durante el evento gastronómico Sirha, la cual batió un nuevo récord Guinness como la pizza con más tipos distintos de quesos.
