La historia del vino en Portugal se remonta a más de 2,000 años, cuando los romanos introdujeron la viticultura en la península ibérica. Sin embargo, ya había pruebas de producción de vino antes de su llegada, probablemente por parte de fenicios y griegos.
Durante la Edad Media, las órdenes religiosas perfeccionaron las técnicas de viticultura, y en el siglo XII, el vino portugués empezó a ganar reconocimiento en Europa. El comercio con Inglaterra en el siglo XVII impulsó la fama de los vinos portugueses, especialmente del Oporto. Este vino fortificado, que se transportaba en barricas desde el valle del Duero hasta la ciudad de Oporto, ganó popularidad por su sabor intenso y durabilidad.
Con el tiempo, las técnicas de producción se modernizaron, pero Portugal mantuvo sus variedades autóctonas, lo que lo diferencia en el mercado global. A finales del siglo XX, el país experimentó un renacimiento vinícola, con una creciente demanda internacional de sus vinos de alta calidad.
En la actualidad cuenta con 16 regiones vinícolas abarcando una superficie de viñedo de 250.000 hectáreas para producir 6 millones de hl, ocupando la oncena posición en el ranking mundial.
Portugal es famoso por sus vinos, especialmente el Oporto, un vino fortificado originario del valle del Duero que se elabora agregando brandy durante la fermentación, conservando azúcares naturales.
Tradicionalmente, los vinos de Vinho Verde eran consumidos localmente. El “verde” hace referencia a su juventud y frescura, no al color. En las últimas décadas han ganado popularidad internacional por su carácter ligero, afrutado y baja graduación alcohólica, haciéndolos ideales para acompañar platos frescos y ligeros.
Además destaca por la diversidad y calidad vinícola de sus regiones. Cuenta con una impresionante diversidad de variedades de uvas autóctonas, lo que enriquece su oferta vinícola. Algunas de las más destacadas:
1. Douro: con sus famosos Oportos en base a Touriga Nacional
2. Vinho Verde: no por su color sino por ser blanco joven, fresco y ligeramente efervescente, Alvarinho y Arinto.
3. Alentejo: produce tintos robustos y ricos, Tinta Roriz (tempranillo)
4. Dão: produce vinos tintos elegantes y complejos, Touriga Nacional
5. Bairrada: conocidos por su longevidad y cuerpo.
6. Madeira: con vinos fortificados únicos, conocidos por su durabilidad y estilos, variedad Baga.
Las mejores vistas de los viñedos de Oporto se encuentran en el valle del Duero, a las afueras de la ciudad, donde las terrazas vinícolas bajan hacia el río formando un espejo que ofrece una vista impresionante declarada por la UNESCO “Patrimonio de la Humanidad”. Un destino imperdible para los amantes del buen vino!
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