Pan de canela y pasas: mezclar, reposar, hornear y nada más

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Maria Carrasco
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pan canela pasas

El pan es la base de la alimentación de casi todas las culturas. Cada uno en su forma de prepararlo, de comerlo, condimentado a su manera, rellenado de las mejores viandas locales o mojado en la salsa más autóctona. El pan no falla en la mesa de ningún hogar y es el primer alimento al que se acude cuando pica un poco el hambre.

Entre todos los tipos de pan, cada uno tiene su favorito. Por eso, Excelencias Gourmet te trae uno para que, si eres de los que lo prepara en casa, para tenerlo siempre fresco y a mano, puedas innovar un poco en el acompañamiento de tus comidas. Hoy traemos el pan de canela y pasas.

Quédate a leer esto porque hay una sorpresa: es un pan sin amasado. El proceso es sencillo para lo que es un pan, mezclar, reposar y hornear, nada más. Debido a que amasarlo no es un paso con el que contemos aquí, sí existe una desventaja y es que debe reposar unas 12 horas por su proceso de fermentación lenta. Lo mejor es prepararlo por la tarde para poder consumirlo ya al día siguiente desde primera hora.

¿Qué ingredientes necesitamos?

  • 420 gr. de harina de panadería

  • 180 ml de leche entera

  • 180 ml de agua

  • 1/2 cucharadita de levadura seca de panadería

  • 1 cucharadita y media de sal

  • 1 cucharada y media de azúcar

  • 2 cucharaditas de canela

  • 120 gr de uvas pasas

La preparación es tan sencilla como mezclar los ingredientes siguiendo un orden

Primero, en un bol añadimos los ingredientes sólidos: la harina, la levadura y el azúcar, además de la canela, la sal y las uvas pasas y lo mezclamos.

Ahora comenzamos a hidratar este polvo con leche primero y, una vez removido, se le añade poco a poco el agua para controlar que la masa quede hidratada, pero no aguada, así que es posible que no toda sea necesaria.

Lo vamos mezclando hasta que esta masa forme una bola, que dejaremos reposar en el bol cubierto a temperatura ambiente entre 12 y 15 horas hasta que doble su tamaño.

No era mentira que no necesita amasado, pero sí que debemos sobarlo un poco ahora para que la masa mantenga la esponjosidad que buscamos. Con la masa un poco estirada, es el momento de hacer un pliegue por el centro a modo de libro para después formar una bola de nuevo y colocarla en una bandeja de horno con papel vegetal.

Tras espolvorear la masa con un poco de harina, ahora deberá de reposar otra hora. Mientras, precalienta el horno a 200 °C. Haremos unos cortes en la harina para que el calor penetre correctamente y, transcurrido ese tiempo, con la misma temperatura, lo metemos en el horno por unos 45 minutos.

Cuando lo cortes a rebanadas, verás que la miga será blanca, moteada de pasas oscuras y jugosas. Su interior mantiene el dulzor de las frutas, mientras que la costra será dorada y crujiente como cualquier pan que se precie, pero con un toque especiado, que le confiere ese sabor único que buscábamos.

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Maria Carrasco