Comienza octubre y con él todo lo relacionado con las calabazas. Si no te gusta, este mes no te libras, seguro que encontramos una receta o una parte de la calabaza que sea de tu agrado. De hecho, aquí tienes alguna idea. Las semillas de calabaza son un indispensable del otoño.
Las semillas de calabaza son un fruto seco, no demasiado extendido pero muy sabroso y con gran cantidad de beneficios para la salud. Cuando comienzas a preparar la anual talla de calabazas para que los niños se entretengan en Halloween, no tires nada al vaciarla, pues sus semillas aderezan un cualquier plato.
Propiedades y beneficios de las semillas de calabaza
La calabaza suele tener una cara terrorífica, o es lo que se intenta. Mientras por dentro tiene de naranja, lo que tiene de buena: todo. Las propiedades de las semillas de este vegetal son cantidad porque para empezar son muy nutritivas. Este fruto seco contiene zinc, fósforo, cobre, hierro, potasio y magnesio. Incluyen entre sus aportaciones vitaminas A, B3 y K, así como ácido fólico. También ácidos grasos como el omega-3.
Algunos de los componentes mencionados pueden ayudar a prevenir e incluso reparar algunas enfermedades como la osteoporosis o la artritis o la salud de la próstata. El efecto del aceite de semillas de calabaza, por ejemplo, se ha investigado como fármaco natural antiinflamatorio. Además, ayuda a equilibrar los tipos de colesterol.
Si no eres muy de comerte las semillas de calabaza "como pipas", pero te apetece incluirlas en tu dieta debido a su sabor suave y tostado y la cantidad de beneficios que pueden aportar al organismo, aquí te dejamos algunas recetas para que pruebes.
Pipas de calabaza con pesto de pistacho
Esta receta puedes tomarla tal que así, como si se tratara de algún tipo de pasta, o en una crema de calabaza para darle un toque más consistente al líquido.
Mezcla las pipas de calabaza con una cucharada de leche en polvo y una de harina. A continuación, ponlas en una sartén con aceite de oliva para tostarlas hasta que queden doradas. Una vez retiradas del fuego, condimentas con sal y pimienta, mientras que si gustas de un poco más picante, puedes agregarle unos toques de chile en polvo.
Por su parte, en una batidora preparamos el pesto. Tritura primero un ajo, perejil y media taza de pistachos, a lo que deberás añadir cuidadosamente un cuarto de aceite de oliva y, finalmente, otro cuarto de queso parmesano rallado. Sal y pimienta al gusto. Mézclalo todo en un plato y ¡a comer!
Pan de pipas de calabaza
Si te apetece un pan algo más dulce o incluso para desayunar, aquí tienes un pan hecho con puré de calabaza, especias como la canela y la nuez moscada, huevos, levadura, bicarbonato, sal, harina integral, miel y, por supuesto, pipas de calabaza.
En un bol se añaden todos los alimentos sólidos con los huevos y dos cucharadas de aceite de oliva, a excepción de la harina, y se mezclan para que recojan los aromas unidos. A continuación, se agrega la harina de espelta y se remueve hasta que quede bien incorporada. Es el turno de incluir las semillas a la masa.
Una vez vertida en un molde engrasado, se mete al horno durante una hora a 175 °C. Sabremos que está lista cuando, al insertar un palillo, este no salga húmedo.
Con dejar enfriar durante apenas 10 minutos, ya está listo.
Bendito otoño, que trae alimentos tan versátiles y ricos como las pipas de calabaza.
